guía cultural

‘Átopos’, inmersión en lo no transitado

José Catalán Deus | Sábado 24 de agosto de 2024

La escultura -un arte material un tanto eclipsado por el culto a la imagen artificial- busca nuevas maneras de existir, y esta exposición es un hurgar en el reciente pasado de nuestra actual prosperidad para presentar el desolador paisaje mental post industrial al que hemos llegado. Pocas veces el continente -este tétrico edificio de la Neomudéjar- y el contenido -esta tortuosa exposición- han estado más hermanados: hasta formar juntos una gigantesca instalación inusitada, algo nico que merece ser visitado.

la palabreja viene del griego a+topos, sin lugar, desubicado. Lo átopos es aquello que se sustrae a la actual cultura del constante igualar, representa la negatividad, conduce por una senda no transitada, dice este artista de 37 años que lleva desde los veinte intentando abrirse camino. Explica que esta exposición nace especialmente de frecuentar espacios abandonados, lugares donde se respira cierta paz extraña, congelada en el tiempo, que hace que uno se sienta fuera de lugar. Las ruinas antiguas o modernas son el lugar perfecto para la contemplación y la reflexión, refugio donde experimentar el desarraigo y la atemporalidad. Nos confrontan con la decadencia, con la vida y la muerte, con el paso del tiempo, con el desastre. Sin otra razón de ser que la de ya no ser, quien las busca, o las encuentra, tan solo puede paladear la sobriedad de la nada. Terrenos baldíos, ruinas modernas, construcciones inacabadas, espacios residuales; todos ellos invitan a la reflexión sobre el concepto de estar fuera de lugar.

Les costará encontrar la entrada y no se creerán lo que van a ver tras el umbral. Cualquier parecido con un museo o una sala de exposiciones sería eso, apenas coincidencia. Le recibirá un pórtico que de ruina griega evoluciona a pastiche rosa, y a partir de ahí piezas pequeñas y grandes que mezclan tres elementos: lo orgánico, lo industrial y lo arquitectónico. No hay orden ni concierto entre dependencias ruinosas, recodos incitantes, herrumbres y escaleras que generan justificada aprensión cuando las remontas. Podemos decir que la exposición se compone de cinco series escultóricas y una serie fotográfica:

Metáforas del tránsito la más lejana en el tiempo, responde a preocupaciones de carácter existencialista, las cuales a través de la figura del carro trataba de representar aquel sentimiento absurdo que Albert Camus se preocupó en retratar en El mito de Sísifo. El carro es a la vez vehículo para avanzar (vida) y atad (muerte); carga con una roca, en alusión al castigo impuesto a Sísifo por los dioses, lo absurdo de la existencia, que es, sin embargo, una vez hemos tomado consciencia de ello, lo que va arando nuestro camino. Structures, Cimientos, Respiraderos, y Carne atópica son series que aunque difieran formalmente con el tiempo han acabado fusionándose en piezas como Tríceps, Acrídido, Trouble o Umbral del desollado. Todo en torno al momento álgido, una caseta de madera alargada convertida en peligroso desafío por la que atravesar entre puntiagudos hierros que apenas dejan espacio por el que deslizarse.

Dice Rablaci -conjunción de las sílabas iniciales de su nombre y dos apellidos- que deambular por el vertedero es salirse del flujo de producción, de consumo y de transacción monetaria, nunca sabes lo que te puedes encontrar, predomina el caos y el efecto sorpresa. Uno se encuentra rodeado de fragmentos, y eso propulsa la imaginación y puede generar imágenes que, de estar el original completo, no se darían. En ellos recojo parte de los materiales que luego introduzco en mi práctica escultórica. Y añade con mucha enjundia intelectual:

Quien transite por esta exposición se encontrará con formas muy diversas que nos devuelven una mirada, para nada pasiva sino, más bien, una especie de chillido seco. Se toparán con una versión siniestra de la adaptación al Chthuluceno propuesta por Donna Haraway, con objetos mas propios de la zona, aquel páramo inventado por los hermanos Strugatski, al cual acudían los Stalker en busca de los restos de un picnic extraterrestre, formas orgánicas que recuerdan a las generadas por Saul Tenser en la ltima producción de Cronnenberg, o con figuras metamorphas como las que atribuye Stanisaw Lem al océano del planeta Solaris.

Su máxima pretensión es que, al sustraerse al lenguaje y escapar a cualquier definición, nos veamos frente a un átopos, algo carente de lugar. Y que esa sea una experiencia que aporte un átomo de significado en la banalidad que nos rodea.

La Neomudéjar como centro de arte de vanguardia y experimentación artística abrió sus puertas en julio de 2013, con la misión de activar e incorporar a la ciudad de Madrid un espacio continuado de programación a favor de las artes visuales menos asimiladas por la museística oficial y proporcionar una propuesta con vocación internacional, un foco compartido entre lenguajes vanguardistas y artes emergentes. En 2014 fue reconocido como museo y entra como miembro de pleno derecho en la sección española del ICOM, el International Council of Museums, porque sus naves, sus dependencias, sus maquinarias, mobiliarios y vestigios del pasado, son ya una reliquia: se trata de un edificio industrial de estilo arquitectónico neomudéjar, característico de finales del siglo XIX, el nico taller que queda en pié del antiguo complejo, el MZA que desde sus inicios 1856 como alianza empresarial entre José Salamanca y la Sociedad Española Mercantil e Industrial (SEMI) que impulsaba el grupo Rothschild, tendrá diferentes usos, pasando a estar infrautilizado en los primeros 90s y terminar en desuso. Incluso antes de abrir sus puertas se realizó una labor de arqueología industrial, poniendo en valor y rescatando todo tipo de materiales pertenecientes a los desaparecidos talleres del MZA, planos, herramientas, teléfonos, relojes, libros de cuentas, uniformes, maquinaria y mobiliario original de los talleres.

La idea de este innovador proyecto partió de Néstor Prieto y Francisco Brives, artistas y gestores culturales creadores de Art House Spain, una red de espacios que cubren diferentes áreas de la creación contemporánea desde trasversalidad entre el centro y la periferia; entre lo rural y lo urbano. En cuanto al artista, añadamos que el año pasado ya presentó una propuesta en Photo España 2023, que reseñamos en estas páginas.

Así que estamos ante una inusual exposición de escultura en un impresionante lugar. Todavía tienen una semana para una experiencia diferente, arte desasosegante en un espacio casi tenebroso. Una película intrigante en vivo y en directo.

Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 8
Comisariado: n/h
Catálogo: n/h
Programa de mano: n/h
Documentación a los medios: n/h

Museo La Neomudéjar
topos, lo no transitado
De Rafael Blasco Ciscar
29 MAYO 1 SEPTIEMBRE de 2024
C/Antonio Nebrija, s/n
28007 Madrid
[emailprotected]
Miércoles a domingos
11:00 15:00 // 17:00 21:00