El 11 de noviembre hizo un siglo justo del final de la primera guerra mundial, que duró cuatro años y movilizó setenta millones de soldados, dejando entre nueve y diez millones de ellos muertos y unos veinte millones heridos, así como unos siete millones de víctimas civiles. Barro es una notable incursión en aquella inmensa tragedia, un buen texto teatral, bien montado e interpretado, un espectáculo de calidad, sobrio y emocionante, avalado por la excelente trayectoria de sus muñidores, La Joven Compañía, un proyecto teatral profesional de lo mejorcita ocurrido en la escena española en los ltimos años
Nuestra misión es extender el amor por la cultura y el teatro a través de la creación de futuros profesionales, artísticos y técnicos, fomentando la investigación dramática, y buscando la incorporación de los pblicos jóvenes al teatro a través de la dramaturgia contemporánea, dicen quienes en sus cinco años de recorrido han estrenado doce montajes con cerca de 200.000 espectadores, y esta temporada harán más de 180 representaciones en 40 localidades.
Con esta pieza inician un recorrido ambicioso en cuatro capítulos por la Europa del pasado siglo buscando pistas para lo que pueda suceder en este. Rememoran aquella descomunal barbaridad colectiva que deja a nuestra guerra civil en casi nada, y de la que pudimos librarnos lso españoles y por eso apenas recordamos.
El texto teatral de Nando López y Guillem Clua es bueno, montado sobre historias paralelas de jóvenes de los dos bandos, que se desarrollan simultánenamente y a menudo se entrecruzan en parlamentos discontinuos que rompen con la tradicional estructura teatral de escenas sucesivas con diálogos ordenados. No es nuevo, por supuesto, pero sirve para dar esa idea de fresco documental al que los autores acertadamente se han ceñido, sin mensajes subliminales ni alusiones a la actualidad. El texto discurre por caminos todos trillados mil veces sobre la maldad intrínseca de la violencia, la manipulación de la gente en las guerras, la agresividad masculina que esconde miedo y debilidad omnipresentes, y la fortaleza femenina que emerge bajo su papel pasivo. Pero dichas y creidas en su contexto de hace un siglo no son los cadáveres purulentos en los que se han convertido los buenos discursos y las grandes palabras. De esta Gran Guerra surgieron el comunismo, el nacional-socialismo y el fascismo, las grandes ideologías que iban a traer el cielo a la tierra, y de sus cenizas todos los discursos buenistas de género y de nmero que hoy nos asfixian.
La muy acertada dirección de José Luis Arellano se manifiesta tanto en el montaje de la pieza como en la interpretación del reparto. A la escenografía de Silvia de Marta se debe ese espacio dominado por las hélices del espanto y un clavado vestuario para la época. Paloma Parra y Sara lvarez colaboran con iluminación y caracterización acertadas. La vídeoescena de Elvira Ruiz Zurita es un discreto telón de fondo que titula los acontecimientos y solo se anima en el tramo final. Quizás la imagen dominante de una frontera zizagueante entre París y Colonia refuerce poco el impacto, quizás sea a propósito
En cuanto al elenco, Arellano empuña con firmeza el timón actoral, y es notable el nivel colectivo y la compenetración de los ocho jóvenes intépretes cuyo movimiento escénico ha sido bien planteado por Andoni Larrabeiti. Buena intrerpretación para buenos personajes, esos tres franceses, esos dos alemanes, ese par de enfermeras en su puesto, con Ingrid pasando de incrédula a involucrarse, y Erika atreviéndose a ese siempre ingrato cambio de bando. Quizás sea la rusa Masha, prostituta voluntaria y revolucionaria vocacional, el más literario personaje de estos ocho diversos caracteres machacados por esa dantesca situación de infierno terrenal y eterno en que se convirtió el frente occidental con centenares de miles de bajas para ganar y perder unos pocos kilómetros.
Se emplearon por primera vez gases venenosos. Millones de heridos sufrieron desfiguraciones, amputaciones y numerosas discapacidades permanentes que les impedían llevar una vida civil normal, en una sociedad donde no existían prótesis modernas y médicos profesionales para la rehabilitación. El bloqueo naval hizo perecer por hambre unos 400-700.000 alemanes y el Imperio Otomano cometió el genocidio armenio, con cientos de miles de víctimas.
Zonas como Bélgica, Serbia y el norte de Francia (en la llamada zona roja) fueron especialmente dañadas y en gran medida destruidas. Las esperanzas de los vencedores sobre la capacidad de refinanciar los costes de la guerra a través de las reparaciones aportadas por los vencidos resultó ser una ilusión irrealizable. Reino Unido pasó de ser el mayor acreedor del mundo a convertirse en una de las naciones más endeudadas, mientras que la guerra significó para Alemania una gigantesca inflación. Europa había perdido su hegemonía mundial y Estados Unidos será la nueva potencia.
España quedó afortunadamente al margen. El 7 de agosto de 1914 se publicaba un real decreto por el que el gobierno del conservador Eduardo Dato ordenaba la más estricta neutralidad a los sbditos españoles. La opinión de Dato, compartida por la mayoría de la clase dirigente, era que España carecía de motivos y de recursos para entrar en el conflicto. El rey Alfonso XIII también estuvo de acuerdo, aunque segn confesó al embajador francés, le habría gustado que España entrara en la guerra del lado aliado. Pero Dato no cayó en la generalizada belicosidad europea: Con solo intentarla [una actitud belicosa] arruinaríamos a la nación, encenderíamos la guerra civil y pondríamos en evidencia nuestra falta de recursos y de fuerzas para toda la campaña. Si la de Marruecos está representando un gran esfuerzo y no logra llegar al alma del pueblo, cómo íbamos a emprender otra de mayores riesgos y de gastos iniciales para nosotros fabulosos?.
Volviendo a este centenario de aquellos hechos, desde 2014 su recuerdo ha subido varias veces a los escenarios: desde Front del belga Luk Perceval en Hamburgo, basada en Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque, y El fuego: diario de una escuadra, hasta War Horse Gefährten (Caballo de guerra compañeros), en la que el papel principal lo tiene un equino, pasando por Agonie, una producción del la Compañía Teatral Alemana de Berlín, Weltkrieg fr alle (Guerra mundial para todos), de John von Dffel, que la representa como una guerra mundial revolucionaria ficticia en el año 1969, o la gigantesca Die lezten Tage der Menschheit (Los ltimos días de la humanidad) de Karl Klaus, cuya representación dura 10 sesiones vespertinas y cuenta con un reparto de 500 papeles, sin olvidar Weltenbrand, en torno a Fritz Haber, el inventor de los gases tóxicos.
En 2015 Veus Humanes presentó en Barcelona Fang a les costelles, escrita por Gerard Vàzquez y codirigida por el mismo y Ramon Hernàndez, inspirada en un hecho real y narrada como una discusión entre tres soldados británicos muertos.
Barro no carece de defectos, entre los que destacaríamos un discutible tramo final que la alarga sin motivo en la enrevesada escena del rescate de la caja de bombones y su corolario a dos veces franco-alemán. Menos a cuento viene mencionar en el programa de mano el actual ascenso de las ideologías neofascistas por toda Europa o la tendenciosa alusión de que tras la neutralidad española solo fuimos capaces de abrazarnos al fascismo, más que ningn otro. Si este proyecto goza de especiales facilidades para llegar a los adolescentes tendría que tener un cuidado exquisito en no resultar condescendiente ni trasmitir de matute sesgos partidistas así como de vigilar asuntos de sexo tan rastreros como los que muestra el espectáculo.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 7
Texto, 7
Dirección, 8
Interpretación, 8
Puesta en escena, 8
Producción, 7
Programa de mano, 5
Documentación a los medios, n/h
Teatros del Canal Sala Negra
LA JOVEN COMPAÑÍA
BARRO / Mapa de las ruinas de Europa I
30/11/2018 23/12/2018
Estreno absoluto
Elenco (por orden de aparición):
Helmut* José Cobertera y Samy Khalil
Klaus Alejandro Chaparro
Ingrid María Romero
André Víctor de la Fuente
Marcel* lvaro Quintana y Mateo Rubistein
Pierre Jota Haya
Erika Cristina Varona
Masha María Valero
*Los jueves y viernes estarán en escena José Cobertera y Mateo Rubistein. El viernes 30 de noviembre y los sábados y domingos, Samy Khalil y lvaro Quintana.
Texto: Guillem Clua y Nando López
Dirección: José Luis Arellano García
Escenografía y vestuario: Silvia de Marta
Iluminación: Paloma Parra
Movimiento escénico: Andoni Larrabeiti
Videoescena: Elvira Ruiz Zurita
Caracterización: Sara lvarez
Coproducción: Fundación Teatro Joven Comunidad de Madrid
Colabora: Ayuntamiento de Pinto
Patrocinadores de La Joven Compañía: Fundaciones Edmond de Rothschild, Fundación Daniel & Nina Carasso, Eduardo Rivera, Fundación Banco Santander
Encuentros con el pblico tras finalizar la función los jueves 6, 13 y 20 de diciembre
Duración: 1h 50min.