guía cultural

Una memoria colonial que nos es ajena

José Catalán Deus | Domingo 06 de octubre de 2024

La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza aborda el papel que han jugado los museos en la creación y legitimación del relato eurocéntrico. Y lo hace en base a sus ricos fondos. Como la conclusión propuesta es la premisa de la que se parte, la exposición es un mensaje ideológico justificado apenas por un conjunto variopinto de obras de todas las épocas.

El museo ha emprendido con entusiasmo la tarea de renovación y puesta al día en relación con los desafíos de la sociedad del siglo XXI, como la crisis climática, la igualdad de género, las migraciones o, en este caso, la descolonización, dentro del adecuamiento museístico global con la ideología imperante, algo que siempre ha existido pero nunca con evidencia tan apabullante.

A través de 58 obras de la colección permanente y de colección Carmen Thyssen, así como de 17 piezas contemporáneas procedentes de la colección TBA21 (Thyssen-Bornemisza Art Contemporary con sede en Madrid y proyectos en Venecia y Córdoba, creada en 2002 por Francesca Thyssen-Bornemisza), la muestra pone de relieve las consecuencias del colonialismo iniciado en el siglo XVI y su presencia en la iconografía occidental a través de imágenes idílicas y exotizantes que enmascaran la desigualdad y violencia colonial. El equipo curatorial lo forman Juan ngel López-Manzanares (comisario del museo y director del proyecto), Alba Campo Rosillo (historiadora del arte), Andrea Pacheco González (comisaria y directora del espacio FelipaManuela) y Yeison F. García López (director del centro cultural Espacio Afro).

Vienen a querer demostrar que el sistema colonial está en la raíz de la modernidad occidental y su legado sigue afectando a las relaciones humanas y geopolíticas en todo el mundo. Europa avanzaba en la conquista de libertades a la vez que imponía un régimen extractivista y de dominación física en sus territorios de todo el planeta, lo que siendo verdad es simplificador y la antitesis anterior a la necesaria síntesis histórica.

La exposición se propone desentrañar la huella del poder colonial en las obras de las colecciones Thyssen-Bornemisza. Se trata de mostrar historias invisibilizadas de dominación racial, cimarronaje y lucha por los derechos civiles, así como la instauración del orden mercantil moderno, basado en el control militar europeo, el empleo de mano de obra esclavizada africana, y la apropiación de tierras y materias primas, americanas originalmente y, más tarde, también asiáticas y africanas. El espectador se adentrará en ficticias representaciones de nuevas arcadias y será testigo de la proyección occidental en Oriente de sus deseos insatisfechos y de la construcción del otro como bárbaro o primitivo.

Con la intención de repensar el futuro desde los parámetros de la diversidad cultural, el equipo curatorial nos coloca ante un despliegue de pinturas de varios siglos, interesante siempre aunque muy condicionado al mensaje que se quiere transmitir. La objeción fundamental es qué pinta este planteamiento en el centro de la capital de España, el gran imperio en el que no se ponía el sol que nunca suscribió el colonialismo europeo sino que estableció unos parámetros de igualdad entre la metrópoli y sus territorios , los españoles de origen y los de adopción, que aunque vilipendiados una y mil veces por las mentiras de la leyenda negra, hoy resultan an más llamativos y admirables que entonces.

La memoria colonial margina absolutamente la excepción española, no incluye ni una sola pieza hispanoamericana, solo tiene una referente a Filipinas que es obra de un francés y otra en Santo Domingo de un italiano, y comete el gravísimo lapsus de no hacer siquiera mención al caso español, tan diferente de esa colonización europea.

Errada de planteamiento, marciana de concepción, sometida de forma indignante al pensamiento políticamente correcto hoy dominante, se puede ver, se puede apreciar, pero no se puede de ninguna manera aprobar, mientras resultan casi anecdóticas las aportaciones contemporáneas, lastradas de origen por didactismo repelente y politización deplorable, con una sola excepción impresionante, la instalación Harem (2009) de Inci Eviner.

Harem, instalación animada

Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 6
Comisariado: 6
Catálogo: 8
Programa de mano: 9
Documentación a los medios: 8

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza
Del 25 de junio al 20 de octubre de 2024
Comisarios: Juan ngel López-Manzanares, Alba Campo Rosillo, Andrea Pacheco González y Yeison F. García López.
Lunes: cerrado. De martes a viernes y domingo: 10:00 19:00. Sábado: 10:00 23:00*.
*Acceso gratuito de 21:00 a 23:00 gracias a la colaboración de Uniqlo.
12 de octubre, acceso gratuito de 10:00 a 23:00.