guía cultural

Danzando el romance sonámbulo de Lorca

José Catalán Deus | Viernes 18 de abril de 2025
La compañía que resucitó Antonio Najarro al dejar el Ballet Nacional de España que dirigió durante casi toda la década anterior presenta un espectáculo muy trabajado y con méritos en torno a este famoso poema. Trece bailarines y cinco músicos en un ballet en cinco cuadros con fuerte impronta flamenca.

El romance lorquiano no ha dejado de leerse, recitarse o cantarse desde que fue escrito el 2 de agosto de 1924. Son 86 versos que cuentan el desenlace una madrugada del drama de una pareja de enamorados en la que él es un fugitivo herido de muerte, se cree que contrabandista- que pugna por volver a verla a ella, una gitana que se mataría poco antes de que vuelva, desesperada de esperarle en el balcón. Todo es misterioso, onírico y ni el mismo Lorca pudo o quiso explica en qué suceso se basaba y que ocurría realmente: ‘Hay una gran sensación de anécdota, un agudo ambiente dramático, y nadie sabe lo que pasa, ni aun yo, porque el misterio poético es también misterio para el poeta que lo comunica, pero que muchas veces lo ignora’, dicen que dijo.

Es uno de los poemas más conocidos del Romancero gitano, y la estrofa con que empieza y termina ‘Verde que te quiero verde./Verde viento. Verdes ramas./El barco sobre la mar./Y el caballo en la montaña.’ casi casi había pasado al subconsciente colectivo. El poema está dedicado a Gloria Giner y Fernando de los Ríos, intelectuales granadinos de los que fue amigo, ella profesora y él ministro por dos veces de la segunda república y embajador en Estados Unidos hasta el final de la guerra, y cuya hija casó tiempo después con el hermano pequeño del poeta.

Najarro ha recurrido al dramaturgo Alberto Conejero para construir una pieza argumental de 75 minutos y este explica: ‘Es este ballet hemos querido acompañar a este García Lorca más misterioso y lunar. Con el Romance sonámbulo en el corazón de la pieza, hemos reunido otros poemas nocturnos del autor granadino: desde los versos de juventud en Libro de poemas hasta los de Diván del Tamarit’. el primer cuadro se basa en los poemas ‘Si mis manos pudieran deshojar’ y ‘Cuando sale la luna’; el segundo, en ‘Casida de la mano imposible’ y ‘Gacela del amor desesperado’; el tercero en ‘Canción del jinete’ y ‘En el huerto de la Petenera’. Así se llega al cuarto, sobre ‘Romance de la pena negra’ y ‘Romance sonámbulo’, para terminar en un epílogo con ‘Fábula y rueda de los tres amigos’ y ‘Gacela de la muerte oscura’. Ni el romance sonámbulo ni todos los poemas son recitados, salvo uno en el epílogo final. Son las composiciones musicales de José Luis Montón las encargadas de sentar las bases para las coreografías de Najarro, queriendo ‘desplegar toda la potencia y la diversidad de todos los estilos de la danza española’, con resultado desigual y un dominio comprensible pero excesivo del baile autóctono por excelencia, por el que se nos conoce en el mundo.

La música está dominada por ese estilo neoflamenco con flauta y violín junto a la guitarra y la percusión dominantes que ha protagonizado tantos intentos fallidos en las últimas décadas por darle un nuevo rumbo al flamenco. Tiene momentos inspirados y otros atonales que no nos placen, que hasta semejan desafinados, con aires moros y toques exóticos de alusión persa. Las coreografías son muy variadas, con incorporaciones de ballet clásico y danza contemporánea, y sí que forma un posible ‘estilo najarro’ que el autor se esfuerza en codificar. Han buscado una coherencia argumental en cada cuadro que quizás falta para el conjunto y que tiene un gran momento de saeta -lo tradicional imborrable e irrepetible- y una exploración poco afortunada en nuestra opinión con los cuatro jinetes cabalgando a lomos de castañuelas canarias, las chácaras. Mucha presencia del taconeado y algún número de pareja masculina algo amanerado.

En la puesta en escena destacan las inspiradas proyecciones de Emilio Valenzuela, seguido de la buena Iluminación de Nicolás Fischtel, y un vestuario irregular de Yaiza Pinillos con una imperdonable aparición en escena del protagonista en ropa interior blanca. Daniel Ramos encarna a Lorca de forma sobresaliente y es bien acompañado por la Luna que baila María Fernández. Destaquemos el excelente nivel general del cuerpo de baile y concluyamos con la impresión, siempre subjetiva, de una producción de buen nivel, de las que no abundan en la danza española, impulsada por el mantra lorquiano, lastrada por una dramaturgia imperfecta, con coreografías muy apegadas a la imagen tópica española, ardorosa y vital, pero algo falta de gusto y refinamiento. Najarro ha coreografiado recientemente la ópera Ainadamar de Osvaldo Golijov, que se representa en el Metropolitan de Nueva York, y el Romance Sonámbulo lleva ya unos meses de gira por España. Paralelamente al ballet que comentamos, el Español está ofreciendo un recital del poemario Diván del Tamarit hasta el 20 de abril en el salón del piso superior del teatro.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 7
Dramaturgia: 6
Dirección: 7
Coreografía: 7
Música: 6
Interpretación: 8
Puesta en escena: 8
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: n/h

TEATRO ESPAÑOL – Sala principal
Romance sonámbulo
Compañía Antonio Najarro
Del 11 al 20 de abril de 2025
Duración 75 minutos.

Dirección y coreografía: Antonio Najarro
Dramaturgia: Alberto Conejero
Composición musical: José Luis Montón

INTÉRPRETES
Federico García Lorca: Daniel Ramos
Bailarinas: Lidia Gómez, María
Fernández, Alejandra de Castro, Cristina
Carnero, María Gómez y Eva Jiménez
Bailarines: Álvaro Brito, Ethan Soriano,
Diego Olmier, Javier Moreno, Alejandro
Lara, Álvaro Madrid (11 a 18 de abril) y
David Acero (19 y 20 de abril)
Músicos:
Guitarra: José Luis Montón
Violín: Thomas Potiron
Cante: María Mezcle
Flauta: Juan Carlos Aracil
Percusión: Josue Barrés

Maestra-repetidora y asistente de coreografía: África Paniagua
Iluminación: Nicolás Fischtel
Vestuario: Yaiza Pinillos
Vídeo y proyecciones: Emilio Valenzuela
Distribución: Gachi Pisani
Una producción de la Compañía Antonio Najarro

CUADRO I ‘AIRE DE NOCTURNOʼ
‘Si mis manos pudieran deshojar’
‘Cuando sale la luna’
‘Canción [Por las ramas del laurel]’
Lorca: Daniel Ramos
La luna: María Fernández
Palomas: Izan Soriano, Diego Olmier
Los sueños de Federico: María
Gómez, Eva Jiménez, Alejandra de
Castro, Cristina Carnero, Álvaro
Madrid (11 a 18 de abril), Javier
Moreno, Alejandro Lara, David Acero
(19 y 20 de abril).
CUADRO II ‘AMOR IMPREVISTOʼ
‘Casida de la mano imposible’
‘Gacela del amor desesperado’
Lorca: Daniel Ramos
La luna: María Fernández
Reflejo de la luna: María Mezcle
Pareja nazarí: Alejandra de Castro, Álvaro Brito
CUADRO III ‘CONJUROʼ
‘Canción del jinete’
‘En el huerto de la Petenera’
Lorca: Daniel Ramos
Jinetes heridos: Izan Soriano,
Alejandro Lara, Javier Moreno, Álvaro
Madrid (11 a 18 de abril), Álvaro Brito
(19 y 20 de abril).
La luna: María Fernández
Reflejo de la luna: María Mezcle
Las gitanas: Eva Jimenez, Cristina
Carnero, María Gómez, Alejandra de Castro
CUADRO IV ‘ROMANCE SONÁMBULOʼ
‘Romance de la pena negra’
‘Romance sonámbulo’
Soledad Montoya: Lidia Gómez
Hombre joven: Diego Olmier
Padre: Álvaro Madrid (11 a 18 de abril)
– David Acero (19 y 20 de abril)
La luna: María Fernández
Reflejo de la luna: María Mezcle
Demonios: Izan Soriano, Álvaro Brito,
Javier Moreno, Alejandro Lara
El agua: María Gómez, Eva Jiménez,
Alejandra de Castro, Cristina Carnero
CUADRO V ‘EL POETA DICE LA VERDADʼ
‘Fábula y rueda de los tres amigos’
‘Gacela de la muerte oscura’
Lorca: Daniel Ramos
La luna: María Fernández
Bailarines: todos los personajes que
aparecen en la obra.