guía cultural

Fui pero no entré, por J.C.Deus

José Catalán Deus | Jueves 06 de noviembre de 2008

I went to the house but did not enter (Fui a la casa pero no entré) es la segunda aportación de Heiner Goebbels a este festiva de otoño madrileño. Se estrenó el pasado agosto en el Edinburgh International Festival, primera parada de una gira que contina en Alemania, España, Italia y Francia. Su título ya sugiere su enorme dificultad. Y es que efectivamente, muchos nos quedamos a las puertas de un espectáculo demasiado hermético, an sintiéndolo enormemente.

La interpretación musical del Hilliard Ensemble -reconocido internacionalmente por su repertorio medieval y renacentista a cargo de dos tenores, un contratenor y un barítono- y la dirección de Heiner Goebbels -del que hemos visto también en esta edición del Festival de Otoño el impresionante Stifters Dinge (Las cosas de Stifter), presentan este concierto en tres actos, erigidos en unidades narrativas independientes dedicadas a tres textos literarios del siglo XX: The Lovesong of J. Alfred Prufrock (La canción de amor de J. Alfred Prufrock), uno de los más famosos poemas de T.S. Eliot; The Madness of the Day (La locura del día), un diálogo de Maurice Blanchot en el que las identidades se diluyen; y Worstword Ho, una utopía de la forma estética a cargo de Samuel Beckett.

En el primer acto, cuatro hombres con abrigo y sombrero desmontan meticulosa y parsimoniosamente un comedor. Una ventana, una mesa con un juego de te y un jarrón con flores: van envolviendo cada una de estas piezas en trozos de tela y metiéndolos en una gran caja, hasta bajar la cortina, el jarrón y las flores. Incluso el agua del jarrón es vertida en la caja. El problema de esta acción (si puede llamarse así) es que dura tres cuartos de hora y en los primeros dos minutos ya se sabe prácticamente todo lo que va a pasar después (una vez que descubrimos que se trata de ir guardando cada objeto en la caja, no queda más que esperar a que terminen). Por desgracia, no se entiende el sentido simbólico de estos actos, ni si guardan relación con el texto cantado en inglés por los cuatro intérpretes, porque no hay subtítulos que traduzcan este acto. Ni siquiera despierta demasiado el interés del espectador el desenlace de esta propuesta, que consiste en que los cuatro individuos traen una caja exacta y colocan un comedor idéntico pero distinto, en su lugar.

El segundo acto transcurre en una casa. Los tramoyistas trabajan a la vista de los espectadores e instalan un nuevo set en el que se ve la fachada de una casa con cuatro ventanas a la calle, sobre la que se dibuja la sombra de un árbol invernal contra una luz de madrugada. Los ruidos domésticos, que irrumpen de vez en cuando, son estridentes (una persiana que se baja, una ambulancia que pasa, la secadora que al final explota insospechadamente) y los cuatro intérpretes declaman alternativamente frases del texto La locura del día, de Maurice Blanchot. Un texto extraño, de reflexión sobre la vida y el mundo, en el que se vislumbra una referencia vaga a la violencia, a un acto violento del que fue víctima el protagonista (los protagonistas). La verdad, se entiende poco. Creo que tampoco se trata de entenderlo racionalmente sino de dejarse llevar por las imágenes y los sonidos y lo que estos evocan. A continuación se renen ante la casa e interpretan un fragmento de Franz Kafka. Pocas veces se antoja Kafka tan liviano en comparación con lo que le ha precedido. Sin embargo, los momentos realmente kafkianos llegan en el retablo final.

Tras el Vamos, entonces, t y yo de Elliot, y esa locura de Blanchot en la que no sabemos quien habla, en el tercer acto llega la vorágine Worstword Ho, de Samuel Beckett, con sus desafíos lingísticos, con su preciso lenguaje poético, con sus utopías de la forma estética. El fragmento se desarrolla en una habitación de hotel cuyas familiares comodidades se confunden en tonos rosa oscuro. Ubicar el vacío eterno de Beckett en un lugar como ése es una elección inspirada, y su brillantez se acrecienta an más cuando los hombres instalan una pantalla portátil y contemplan unas diapositivas de unas vacaciones en parajes naturales.

Los tres textos demuestran una desconfianza en las formas narrativas lineales. El significado paradójico de la historia sólo encuentra su significado cuando, como oyentes, completamos el acto de la narración. I went to the house but did not enter es un viaje en el que los protagonistas son antihéroes que nunca consiguen embarcar, un conjunto de nadies, para decirlo con Kakfka.

La fascinación por la insistencia vocal ha sido el punto de partida de esta ltima composición de Heiner Goebbels, desarrollada con el Théâtre Vidy-Lausanne y con Klaus Grnberg, Florence von Gerkan y Willi Bopp, el mismo equipo creativo que le ha acompañado en sus más recientes piezas de msica-teatro. Estamos ante teatro musical: cantos a capella de cuatro voces masculinas. Para el oído medio resulta duro, casi disonante. Esta vez el conceptualismo intelectual de Goebbels se muestra hermético, ayudado de la dificultad del canto del Hilliard. El resultado es tremendamente dificultoso para el espectador, que por mucha buena voluntadm que despliegue se queda en su mayor parte a las puertas de un supuesto banquete.

Heiner Goebbels (Neustadt/ Weinstrasse, 1952) es compositor y director, catedrático y gerente del Instituto para las Ciencias Aplicadas de Arte Dramático de la Universidad de Justus Liebig, además de presidente de la Academia de Hessia y miembro de la Academia de Bellas Artes de Berlín. En su fructífera trayectoria artística ha trabajado como compositor para teatro, cine y danza, con títulos como Eraritjaritjaka, Eislermaterial o Surrogate Cities, obteniendo multitud de premios, entre ellos el Herald Angel Award 2004 o el Grand Prix de la Critique 2005.

El Hilliard Ensemble es, desde que comenzara su andadura en la década de los ochenta, uno de los más importantes grupos vocales de cámara. Con aproximadamente cien conciertos al año en Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá, el Hilliard ha colaborado con orquestas de la talla de la London Philarmonic Orchestra, la Munich Chamber Orchestra y la Dresden Philarmonic Orchestra. Entre sus trabajos encontramos el nunca suficientemente ponderado Officium, con el saxofonista Jan Garbarek, Morimur, y Perotir and the Ars Antiqua. Hilliard Ensemble -cuyas voces han sido formadas en la msica de la Edad Media- practica una contención alejada de la pompa tan característica del estilo operístico, y basada en la repetición vocal.

Vimos al The Hilliard Ensemble en mayo de 2007 en Las Noches del Español, con Echoes, Ecos del presente, una combinación de msica medieval y actual que se prometía feliz a lo largo de ocho siglos, pero que resultó también demasiado exigente, para auténticos oidos virtuosos de la msica vocal, que en sus facetas contemporáneas es endiabladamente difícil de seguir. El resultado fue frustrante: ellos permanecían cabalgando sus etéreas voces sin que los pobres mortales pudiéramos -tampoco entonces- abrir la puerta y entrar.

He aquí una experiencia de un tipo que uno nunca imaginó ni tan siquiera querer vivir. Y probablemente tampoco querrá repetirla pero, mientras dura, resulta tan extraña como para que pueda merecer la pena haber pasado por ella,escribió en el Evening News, Thom Dibbin a raíz del estreno de esta I went to the house but did not enter el pasado verano.

Mi visión sobre los textos literarios se asienta no sólo en lo que dicen, sino en cómo lo dicen, se explica el muy sesudo autor alemán de la obra. Ya el mismo título de este concierto sugiere que no mucho sucederá durante la obra. Ahí mismo se esconde quizás el secreto de las piezas de msica-teatro de Heiner Goebbels. A pesar (o quizás gracias a) la falta de espectáculo, sus trabajos tienen un extraordinario efecto sobre la atención del espectador. Lástima que esta vez el efecto sea tan duro que termine en rechazo.

I WENT TO THE HOUSE BUT DID NOT ENTER
Théâtre Vidy-Lausanne
Idea, msica y dirección HEINER GOEBBELS

Escenografía e iluminación KLAUS GRÜNBERG
Vestuario FLORENCE VON GERKAN
Sonido WILLI BOPP
Asistente WOLFRAM SANDER
Asistente de escenografía CAROLINA ESPIRITO SANTO

Con el Hilliard Ensemble
Contratenor DAVID JAMES
Tenores ROGERS COVEY-CRUMP
STEVEN HARROLD
Barítono GORDON JONES

Textos
T.S. ELIOT
MAURICE BLANCHOT
FRANZ KAFKA
SAMUEL BECKETT
Msica: Heiner Goebbels Musikverlag G. Ricordi & Co. (Mnchen)


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