Seis escenas en hora y media: I Sizuku: gota, II Utsuri: desplazamiento, III Garan: espacio vacío, IV Límites exteriores del rojo, V Utsuri: reflejo, y VI Toyomi: reverberación. El movimiento, reducido al mínimo; el gesto, de intensidad desconocida. Cada trabajo de Sankai Juku es un intento de medir la belleza inconmensurable del paso del tiempo. En Hibiki (Ecos del más allá) llega primero la quietud. Después, gotas de agua tamborilean lentas y rítmicas, como la msica del compositor Yoichiro Yoshikawa y del pianista de jazz Takashi Kako. En el paisaje soñado por Amagatsu, los bailarines- impactantes figuras de cabeza afeitada, cubiertos con maquillaje blanco- concentran y contienen sus movimientos casi sin tocarse, reteniendo una luminosa y poética belleza.
Minimalista. Economía máxima de movimientos y expresiones: apenas hay danza sino expresión corporal contenida, como si se tratara de un mimo elegante y exquisito, un anti-mimo. El grupo de bailarines, con la cabeza rapada y cubiertos de un maquillaje blanco que emana del escenario con cada movimiento como una nube aromática hacia los espectadores.
Comienza en un panorama desolado, casi de fin del mundo, o de antes del mundo: cuerpos que parecen sin vida, de tono grisáceo, deambulantes sin fuerzas, que suben y caen, que no se coordinan entre sí. En los siguientes actos, los bailarines ganan en color, en expresión y vida, destacando de todo las dos intervenciones del propio Ushio Amagatsu, con su cuerpo menudo, delgado y con tal expresividad y magnetismo que resulta difícil creer que apenas esté moviendo, en ocasiones, un brazo. Su cara, impasible pero no estática, emana de una manera difícil de explicar una humanidad sabía y serena que se contagia; uno tiene la sensación de que podría estar horas observándole moverse; quizá observando nicamente su rostro. Conmovedor hasta el punto de las lágrimas verle dar las gracias al pblico tan sencillamente, sin una sola sonrisa.
Los principios básicos de mi técnica y estilo surgen de la relación del cuerpo con la gravedad, confiesa este japonés que pronto cumplirá los sesenta. Y añade: La ontogenia se parece a la filogenia. Un embrión, un mes después de la concepción, cambiará de pez a anfibio, de reptil a mamífero. Este drama de un millón de años, emergiendo de la orilla de la Era Paleozoica, representado por un embrión como la sangre de la madre circulando en el tero materno, es como el movimiento de las mareas, es la Resonancia Primera que llega hasta nosotros.
En japonés, Sankai Juku significa taller de la montaña y el mar, en referencia a los dos elementos topográficos básicos de Japón. El coreógrafo y bailarín Amagatsu, perteneciente a la segunda generación de bailarines de butoh, fundó la compañía en 1975 y desde sus comienzos ha sido exclusivamente masculina. En el año 1980, la compañía fue invitada por primera vez a presentar uno de sus trabajos en Europa; estrena una nueva pieza cada dos años en el Théâtre de la Ville de París, y desde 1982 este teatro francés le ha encargado once producciones. A lo largo de su historia, Sankai Juku ha visitado más de setecientas ciudades en cuarenta y tres países. De esta compañía japonesa, la crítica ha dicho que su gloria singular consiste en su capacidad para alcanzar la más pura
metáfora.
FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA
HIBIKI
ESTRENO EN ESPAÑA
festival de otoño 08
Compañía Sankai Juku
País: Japón
Duración aproximada: 1 hora y 25 minutos (sin intermedio)
Teatro Albéniz
Del 6 al 8 de noviembre a las 20.30 horas.
Día 9 de noviembre a las 19 horas.
Dirección, coreografía y diseño: USHIO AMAGATSU
Msica: TAKASHI KAKO y YOICHIRO YOSHIKAWA
Bailarines:
USHIO AMAGATSU,
SEMIMARI,
SHO TAKEUCHI,
AKIHITO ICHIHARA,
TAIYO TOCHIAKI
ICHIRO HASEGAWA
Sankai Juku
www.sankaijuku.com
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