guía cultural

En el reino de las sombras, por J.C.Deus

José Catalán Deus | Lunes 09 de febrero de 2009

La sombra como tema artístico ha estado indivisiblemente unida a la historia del arte occidental. Su intencionalidad ha sido fundamentalmente naturalista, al subrayar la verosimilitud de lo representado. Pero cada época la ha dotado de connotaciones diferentes. Esta exposición quiere ir más allá del formato monográfico al uso, llamando la atención del visitante sobre el amplio espectro de implicaciones, problemas y soluciones suscitado por la representación de la sombra en el arte desde el Renacimiento hasta nuestros días. Sirva esta reseña como mero aperitivo al banquete visual largo y variado de La Sombra, todo un acontecimiento del que volveremos a ocuparnos más detalladamente.

Algunos de los objetivos son el poner de relieve la existencia de caminos transversales y mostrar los hilos, a veces ocultos, que unen, pese a la distancia cronológica, las épocas y los artistas. Se ha prescindido del tono didáctico: el visitante es incitado a dejar volar la imaginación y encontrar todo tipo de conexiones entre cuadros, épocas, enfoques y visiones; caminos transversales e hilos evidentes y eclípticos que unen diferentes épocas y artistas pese a la distancia espacial y temporal que les separa.

Antes que nada, una precisión para los más exigentes. Ésta que hoy nos ocupa es la sombra en sentido real, las sombras proyectadas por los humanos y las cosas, y no una indagación en el tratamiento pictórico de la sombra en sentido figurado, de esa otra realidad que puebla nuestras mentes y que hemos descubierto apenas hace un siglo, esa sombra personal que nos acompaña a todos, esa parte de nosotros que ocultamos o desconocemos, esa otra dimensión de la realidad que no la forma el ocultamiento de la luz física sino la inflexión de la luz espiritual.

Dicen que ésta que se abre el 10 de febrero en su doble sede madrileña, es la primera gran exposición sobre este tema, y parece cierto, un acierto del do Tyssen-Caja Madrid. La muestra rene un total de 144 obras de más de un centenar de artistas -entre pintura, fotografía y proyecciones cinematográficas-, con el objeto de poner en relieve y profundizar en el amplio espectro de implicaciones, problemas y soluciones suscitado por la representación de la sombra a lo largo de los ltimos seis siglos.

Como en otras ocasiones, el discurso expositivo se realiza a través de las dos sedes de la muestra, en el Museo Thyssen-Bornemisza y en la Fundación Caja Madrid. En las salas del primero se presentan las obras que van desde el siglo XV hasta fines del siglo XIX, y en las de la segunda se llega hasta nuestros días con una presencia importante como no podía ser de otra manera, de la fotografía y el cinematógrafo.

Tras un primer espacio de introducción dedicado a mostrar el mito de la
sombra en el origen de la pintura, la muestra arranca con algunos ejemplos destacados de su estudio y utilización en la creación de perspectivas por parte de los artistas del Renacimiento, así
como de las connotaciones simbólicas que tuvo en la época; el itinerario contina con la obra de los pintores tenebristas del Barroco y su espectacular uso de luces y sombras, sigue con su incorporación como elemento narrativo fundamental en la época romántica y postromántica,
hasta llegar a la representación de la sombra y la luz en el Impresionismo y el Simbolismo. Están presentes, entre otros, artistas como Jan Van Eyck, Lorenzo Lotto, Rembrandt, George de La Tour, Francisco de Goya, Camille Pissarro, Claude Monet, Édouard Vuillard, Félix Valloton o Santiago Rusiñol.

El siglo XX centra el contenido de las salas de exposición en la Fundación Caja Madrid, con especial atención a su utilización por parte de diversos artistas que, vinculados al denominado retorno al orden de los años 1920, recuperan en su obra el protagonismo de la sombra Giorgio de Chirico, Edward Hopper o Pablo Picasso, entre otros-, y a la importancia de la sombra en los juegos de proyección de los pintores surrealistas, sobre todo René Magritte y Salvador Dalí. Los demás capítulos de esta segunda parte ofrecen un panorama del tema a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, con obras de Susan Rothenberg, Claudio Parmiggiani, Andy Warhol y Roy Lichtenstein, entre otros, y a la utilización multimedia y ldica del juego de sombras, desde la
fotografía de Man Ray y André Kertész hasta las experiencias cinematográficas de Murnau o Peter Greenaway.

Los apartados de la exposición -los seis primeros en el Museo Tyssen y los cinco ltimos en la Fundación Caja Madrid- son los siguientes:

La invención de la pintura

La primera sala, concebida a modo de introducción, está dedicada a ilustrar el mito de Butades antes referido a través de la obra de artistas como Joseph Wright of Derby, David Allan y Joseph Benoît Suvée. También se incluyen pinturas de Matías de Arteaga y Karl Friedrich Schinkel que se basan en Quintiliano ( c. 96 d.C) al derivar el origen de la pintura a la circunscripción de las sombras solares sobre una pared. La sala se cierra con una obra de los pintores contemporáneos Vitaly Komar y Alexander Melamid, que retoma el mito de Butades para ironizar sobre los fundamentos clasicistas del Realismo Socialista.

Renacimiento

Aunque las primeras sombras en el arte datan del siglo IV a.C vinculadas todavía a escenografías teatrales y al sombreado de objetos en relieve, la sombra proyectada hace su verdadera aparición en el Renacimiento. Durante el siglo XV se produce un acercamiento empírico a la sombra, mientras que un siglo después ésta se vincula estrechamente con la perspectiva. La sombra, como resultado de la interposición de un cuerpo sólido y opaco entre una fuente de luz y una superfi cie de proyección, fue objeto de experimentación temprana por parte de artistas como Gentile da Fabriano, Giovanni di Paolo, Pier Maria Pennacchi, Lorenzo Lotto o el Maestro de la Leyenda de la Magdalena. Se observa también la connotación simbólica positiva que la sombra adquiere al vincularse al tema de la Anunciación. Así, en las obras de Jan van Eyck, Lorenzo di Credi y Ludovico Carracci, el reflejo opaco del ngel o de la Virgen alude a la sombra del Todopoderoso, bajo cuyo poder se produce el milagro de la Encarnación.

A partir del Renacimiento, al tiempo que se asiste a una profundización en el conocimiento de la representación de las sombras que llegará a formar parte de la enseñanza de las academias, se limita su uso por la propensión a ensuciar o emborronar la composición, en detrimento de la claridad visual. Sin embargo, los tenebristas del Barroco supieron como nunca antes explotar sus espectaculares posibilidades. En las escenas religiosas de Jean Leclerc, Matthias Stom, Gerrit van Honthorst, Hendrick ter Brugghen, Georges de La Tour, Mattia Preti y el llamado Maestro de la Luz de la Vela, la sombra sirve para enfatizar la presencia sagrada y su incardinación en la vida cotidiana. En Rembrandt y Pieter de Hooch, la luz y la sombra construyen espacialmente la composición y sugieren la temporalidad de la escena. Por ltimo, la obra de Jacob I van Oost es un ejemplo singular en el que la sombra aparece proyectada sobre el lienzo representado.

Romanticismo

Con el Siglo de las Luces, la sombra alcanza un nuevo protagonismo de la mano de Johann Caspar Lavater y sus Fragmentos fisiognómicos (1775-1778), con los que pretende sentar las bases para el estudio de la personalidad humana a partir de la proyección del perfil del rostro sobre una pantalla. Pero el siglo XVIII fue también el del nacimiento del concepto estético de lo sublime, y la sombra comienza a ser valorada por sus cualidades narrativas eminentemente negativas. Poco a poco se asiste a la aparición de una verdadera estética de lo siniestro, algunos de cuyos ejemplos más destacados se encuentran en la obra de Goya, Heinrich Wilhelm Tischbein, Joseph Wright of Derby, Adolph von Menzel, Jean-François Millet, William Holman Hunt, Jean-Paul Laurens, Gioacchino Toma y Émile Friant.

Simbolismo y fin de siglo

El simbolismo, al apartarse de la representación naturalista de la realidad, encumbró la visión subjetiva como eje de la representación plástica. Lo misterioso y lo sombrío despertaron la creatividad de escritores y artistas. En las escenas de interior de Monet, en las que varios personajes de una misma familia se concentran bajo la luz de una lámpara, resuenan todavía ecos del tardo-Romanticismo francés, aunque con un mayor énfasis sobre el estudio de la luz y la sombra como fenómeno plástico. Su ejemplo fue seguido por los artistas nabis Édouard Vuillard y Félix Vallotton, en cuyos interiores la atmósfera se adensa y las formas tienden a aplanarse. Desde una óptica más literaria, la sombra centrará también buena parte de la producción de artistas como Léon Spilliaert, Xavier Mellery o el joven Frantiek Kupka.

Impresionismo

La exposición se cierra en las salas del Museo Thyssen-Bornemisza con una sección dedicada al impresionismo. En ella se observa un giro importante en el tratamiento de la sombra, que por primera vez abandona su carga narrativa para convertirse en sujeto de investigación exclusivamente plástica. La sombras de los árboles ocupan un lugar destacado en la obra temprana de Monet, pero es en Camille Pissarro y Alfred Sisley donde mejor se observa cómo las sombras coloreadas dejan atrás el tradicional empleo del negro y, con él, la carga peyorativa de la sombra. Otros artistas que completan la sala son Childe Hassam, Joaquín Sorolla, Santiago Rusiñol y Darío de Regoyos.

Realismos modernos

En la pintura del siglo XX, las sombras fueron prácticamente desechadas por el primer cubismo y los movimientos abstractos subsiguientes, fieles a la bidimensionalidad del cuadro. Hubo que esperar a Giorgio de Chirico y al retorno al orden de los años veinte para que la sombra alcanzase un nuevo protagonismo. En De Chirico las sombras, al tiempo que denotan una verosimilitud ficticia, confieren a la escena un aire de pesadilla. Tal antinomia es propia de buena parte de los realismos del siglo XX, en los que lo siniestro convive con la falsa apariencia de un orden estable. Así ocurre, con diferentes matices, en la obra de Edward Hopper, Rockwell Kent, Christian Schad, Felix Nussbaum, Dick Ket, Carel Willink, Pyke Koch, Alfonso Ponce de León y Gregorio Prieto. En Picasso, de manera singular, la sombra del propio artista inunda el lienzo al tiempo que posee a la mujer desnuda en él representada.

Surrealismo

Si algn movimiento de la pintura contemporánea dedicó una especial atención al tratamiento de la sombra, éste fue el surrealismo, principalmente en su vertiente vinculada a la representación de los sueños. Artistas como Salvador Dalí, Yves Tanguy, René Magritte, Paul Delvaux y Esteve Francés dotaron a la representación de los sueños de una verosimilitud an más acusada que la de la propia realidad contemplada por nuestros ojos, recurriendo para ello a una técnica minuciosa y al empleo masivo de las sombras. En Dalí, además, las sombras ayudan a recomponer imágenes contradictorias, dentro de lo que se ha denominado el método paranoicocrítico. Completan la sala las obras siempre intrigantes de Max Ernst y Joseph Cornell.

Del pop art a nuestros días

La sombra también ha jugado un papel importante en la pintura de la segunda mitad del siglo XX, a raíz del triunfo del pop art en el panorama artístico internacional de los años sesenta. Andy Warhol y Roy Lichtenstein, en su empleo de motivos medios artísticos vinculados a la publicidad, dieron cabida a la sombra como un elemento más de la vida cotidiana. Warhol, en concreto, dedicó una serie completa al tema de la sombra. En la obra homónima seleccionada, la fractura moderna del hombre con su sombra es el tema central de la composición. En la estela del pop y más allá de él, la sombra ha continuado atrayendo la atención de artistas como Ed Ruscha, Gerhard Richter, Jrgen Klauke y Susan Rothenberg. Claudio Parmiggiani y Tobia Ercolino la evocan como una éterea y poética presencia.

Fotografía

La fotografía ha sido descrita como el arte de la luz y la sombra. El protagonismo de la sombra en la fotografía del siglo XX ha marcado con su impronta a otras artes, como en el caso de la pintura ya referida. Remitiéndonos exclusivamente a la presente sala, hemos reunido en ella algunos de los ejemplos clásicos del tratamiento de la sombra en la obra de Man Ray, Brassaï, André Kertész, Umbo, Alexander Rodchenko, Constantin Brancusi, Jaroslav Rssler, Anton Stankowski, Eugen Wiskovsky, Frantiek Drtikol, Jaromír Funke, Imre Kinszki, Ansel Adams, Ralph Steiner, Dorothea Lange y Dorothy Norman. Junto a ellos, también pueden contemplarse obras de los fotógrafos españoles Nicolás de Lekuona y Nazabal, Pere Català Pic, Francesc Català- Roca y Ramón Masats. Cierra la sección un conjunto de tres fotografías de gran tamaño de la artista británica contemporánea Sam Taylor-Wood.

Cine

Incluso antes que en la fotografía, la sombra alcanzó un desarrollo temprano en el cine expresionista alemán como prolongación siniestra del hombre. Otros realizadores posteriores ampliaron el espectro de recursos, buscando nuevos contenidos que casi siempre tienen que ver con la esencia misma del encuadre fílmico, abierto a la imprevista circulación de seres y objetos. En esta ltima sala se proyectarán fragmentos de películas de Robert Wiene, Arthur Robinson, F.W. Murnau, Fritz Lang, Lotte Reiniger, Serghei Eisenstein, Howard Hawks, Alfred Hitchcock, Woody Allen, Peter Greenaway y Quentin Tarantino.

FICHA DE LA EXPOSICIÓN
Título: La Sombra
Fechas: Del 10 de Febrero al 17 de Mayo 2009
Organizadores y sedes: Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid
Comisario: Victor I. Stoichita, Catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Friburgo
Comisario técnico: Juan ngel López, rea de Pintura Moderna, Museo Thyssen-Bornemisza
Nmero de obras: 144

Catálogo con ensayos de Victor I. Stoichita, Santos Zunzunegui, José Ramón
Esparza Estaun, Fernando Marías, Sergiusz Michalski y Hans-Georg von Arburg. Editado en
español con apéndice en inglés. Guía didáctica

Symposium: Para una historia cultural de la sombra, 16 y 17 de abril de 2009.
Director: Victor I. Stoichita. Salón de actos, Museo Thyssen-Bornemisza.

INFORMACIÓN PARA EL VISITANTE

Museo Thyssen-Bornemisza. Paseo del Prado 8, 28014 Madrid.
Horarios y tarifas: de martes a domingo de 10.00 a 19.00 horas.
Exposición temporal: 5 (Reducida: 3,50 para estudiantes y mayores de 65 años).
Exposición temporal + Colección permanente: 9 (Reducida: 5 para estudiantes y
mayores de 65 años previa acreditación).
Venta anticipada de entradas a través de la web del Museo y en el 902 050 121
Más información: 91 369 01 51 y www.museothyssen.org

Fundación Caja Madrid. Plaza de San Martín, 1, 28013 Madrid
Horario: de martes a domingo de 10.00 a 20.00 horas
Entrada libre. Más información: 902 246 810 y www.fundacioncajamadrid.org


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