1984 fue escrita tras la segunda guerra mundial como una advertencia ante el auge del totalitarismo comunista y la posibilidad de que terminara triunfando también en Occidente mediante fórmulas suavizadas formalmente. Era una novela de política ficción que preveía para cuando llegara ese año la existencia de un mundo dividido en tres bloques totalitarios en los que la población era sometida a un permanente lavado de cerebro que daría lugar a comienzos de nuestro siglo a la implantación de un nuevo lenguaje que produciría a mediados de este siglo nuevos mecanismos mentales que acabarían con toda ambigedad, con todo subjetivismo y con toda disidencia para siempre.
Lo que vemos en el escenario no tiene conexión, no tiene explicaciones, no tiene coincidencias, con lo que nos preocupa de nuestra sociedad. Puede justificar análisis y argumentos anticuados, quizás todavía mayoritarios, pero entra en colisión directa con cómo han evolucionado los acontecimientos ltimamente. El modelo antiorwelliano se ha impuesto globalmente. El Sistema abandona las estructuras jerárquicas y el mundo se estructura en redes. La pluralidad inabarcable se extiende en vez de la uniformidad de pensamiento y comportamiento. La propaganda unlitateral ha dejado paso a la más fluida diversidad que nadie hubiera imaginado. A nadie se persigue por pensar, y mucho menos por soñar. La verdad oficial es continua y sistemáticamente puesta en duda por miles de supuestas verdades alternativas.
Un experimento, pues, fallido en la medida que ortodoxo. Un desajuste de un par de décadas. Que se hace por tanto trabajoso de asimilar, fatigoso de seguir a lo largo de sus dos horas de duración, e imposible de emocionar a pesar de un estupendo trabajo individual y grupal de los componentes de esta excelente pandilla de actores, entre los que destacaría a losmenos protagonistas, Porter y Foster encarnando a los personajes secundarios Winston y Parsons, estos actores maduros anglosajones de los dos lados del charco que marcan la superioridad de su teatro. Ello, y la pervivencia de proyectos como éste durante casi tres décadas. Su presencia en Madrid es de agradecer aunque su 1984 no impacte a las alturas de 2009.
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de George Orwell
Dirección de Tim Robbins
The Actors Gang de Los ngeles (EE UU)
TEATRO MARÍA GUERRERO
2427 de septiembre de 2009
Jueves a sábado a las 20.30 horas
Domingo a las 19.30 horas
Intérpretes
Winston Cameron Dye
O Brien Keythe Farley
Primer Asistente a la fiesta, Winston Nathan Kornelis
Segundo Asistente a la fiesta, Julia Kaili Hollister
Tercer Asistente a la fiesta, Syme V. J. Foster
Cuarto Asistente a la fiesta, Parson Steven M. Porter
Adaptación
Michael Gene Sullivan
Escenografía
Richard Hoover y Sibyl Wickersheimer
Vestuario
Allison Leach
Iluminación
Bosco Flanagan
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