Sobre lo que se esconde en la vida cotidiana bajo su aparente discurrir monótono, llevan los artistas indagando un siglo. Se puede hacer con humor como toda una generación descubrió en los tebeos con aquella Rue del Percebe y su colección variopinta de atrabiliarios vecinos. Se puede hacer con nihilismo y desesperanza absolutos, con angustioso pesimismo, y entonces sale esta Rue Vandenbranden, que no es calle sino despoblado abierto a los temporales donde en tres bungalows prefabricados seis humanos llevan una existencia solitaria, mezquina, desgraciada y alienante. Se puede confundir esta pesadilla con la vida, pero no se debe hacer, por más que tanto se insista desde los escenarios. 32, rue Vanderbraden es tan interesante como dañina, tan prodigiosa como negativa, tan impresionante como brutal. Una emoción fuerte, una visión tenebrosa, un espectáculo de fascinante horror.
Gran trabajo de la compañía Peeping Tom y de la pareja que la conduce, los directores artísticos Franck Chartier y Gabriela Carrizo, dos apenas treintañeros a los que han salido los dientes en la danza contemporánea y a cuyas fantasías demoledoras Bélgica ha servido de hogar y resonancia para impactar en todo el mundo. El escenario está inspirado en el óleo Scism Road del artista Joel Griffith. El realismo conseguido es espectacular y realmente lo mejor de todo el espectáculo. Lo que ocurre dentro de los tres apartamentos aparcados en medio de la nada, es como espiar tras los visillos en un patio de vecinos. Lo que ocurre fuera es an más sobrecogedor: nevadas y hielos resbaladizos, temporales y vendavales, la naturaleza castiga a estos náufragos de la vida moderna. La obra comienza con un bebé lloriqueando abandonado sobre la nieve junto a una de las casamatas: una mujer que an no conocemos se dirige hacia él: no para recogerlo sino para enterrarlo con total desprecio bajo la nieve y que deje de molestarnos. La obra termina con con un joven arrancándose una víscera que debe ser el corazón pero parece el hígado, comiendo y obsequiando restos sacados de una bolsa de basura. Entre medio hay muchísima soledad y dolor enorme, monstruosas palizas, semidesmembramientos rituales, cuerpos que se retuercen y descoyuntan hasta horrorizarte, puertas que se cierran, ventanas que se iluminan, habitaciones que se intuyen, personas que malviven repitiendo gestos mecánicos y fracasando en sus intentos de conectar con alguien.
Aunque Carrizo y Chartier son responsables de la edición final del trabajo, la mayor parte de su contenido es creado por el equipo en largo trabajo colectivo. Respetamos la regla de nunca decir no a una idea de un miembro del grupo. Todos tienen que involucrarse y definir lo que quieren decir, asegura Chartier. Intentamos concentrar lo trágico en los ensayos, aunque una vez que ha comenzado el espectáculo parece emerger un humor innato. Ya. Esos irreductibles que van a pasarlo bien al teatro intentaron reírse algunas veces de los abundantes detalles ocurrentes que salpican el amargo trago, pero las sonrisas terminaron heladas y las carcajadas en rictus.
Para Peeping Tom, compañía creada en el año 2000 por sus dos directores, una nueva obra siempre comienza con el diseño del escenario. Determina en gran medida el desarrollo del trabajo y es importante para descubrir cómo afecta a los personajes encontrarse juntos en un ambiente determinado. Un ciclorama de 30 x 8 m.
representa el cielo infinito bajo el que montes lejanos perfilan el horizonte.
Los intérpretes son muy jóvenes. En las audiciones en Bruselas conocieron a los magníficos Sabine Molenaar (holandesa), Marie Gyselbrecht (belga) y Jos Baker (británico). En las audiciones en Viena conocieron a los dos increíbles coreanos: Seoljin Kim y Hun-Mok Jung. Con ellos, la mezzosoprano Eurudike De Beul. La actriz-bailarina Maria Otal falleció inesperadamente en Bruselas diez días antes del estreno y el espectáculo está dedicado a ella. En su incesante gira desde el reciente estreno, la obra acaba de visitar Pamplona y Murcia, y ahora se va a Zurich para llegar antes de que acabe el año a Japón.
Festival de Otoño en Primavera
Teatros del Canal
ESTRENO EN MADRID
32, RUE VANDENBRANDEN
Peeping Tom
Concepto y dirección: GABRIELA CARRIZO y FRANCK CHARTIER /
Danza y creación:
SEOLJIN KIM,
HUN-MOK JUNG,
MARIE GYSELBRECHT,
JOS BAKER,
SABINE MOLENAAR
y EURUDIKE DE BEUL, soprano
Dramaturgia: NICO LEUNEN y HILDEGARD DE VUYST /
Asistente para los ensayos: DIANE FOURDRIGNIER /
Composición de sonido: JUAN CARLOS TOLOSA y GLENN VERVLIET /
Escenografía: PEEPING TOM, NELE DIRCKX, YVES LEIRS y FREDERIK LIEKENS /
Construcción de escenario: KVS-ATELIER y FREDERICK LIEKENS /
Diseño de iluminación: FLIP TIMMERMAN y YVES LEIRS /
Vestuario: DIANE FOURDRIGNIER y HYO JUNG JANG /
Director técnico: FREDERIK LIEKENS /
Fotografía: HERMAN SORGELOOS y MAARTEN VANDEN ABEELE.
PAÍS: Bélgica
FECHA: Del 19 al 22 de mayo de 2010
LUGAR: Sala Verde
HORARIO: 20.30 horas
Duración aproximada: 1 hora y 20 minutos (sin intermedio)
Vídeos:
http://www.teatrosdelcanal.org/html/fichas/ruevan.html
http://www.fransbrood.com/detail_video.php?prod_id=68
Más información:
http://www.peepingtom.be
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