Austera ejecución y sombrío planteamiento. Sí, la penumbra y la niebla sientan bien a esta obra que tanto se parece a otras de su supuesto autor, a Hamlet, al Rey Lear, a Tito Andrónico, a Otelo, variaciones sobre un mismo tema, el de la podredumbre del alma humana, el del mal siempre poderoso, el de las pasiones destructoras. La pareja profesional y sentimental Donnellan y Ormerod han apostado por un enorme escenario vacío que permite a los personajes vagar incesantemente como en estancias palaciegas; por cercarlo de embalajes de madera cuyas traviesas son los barrotes de una pesadilla aciaga. No hay mesa en los banquetes, no hay lecho en los aposentos, no hay árboles en los bosques. No hay espadas en el puño de los que matan ni copas cuando se brinda. No hay sangre ni vino. El coro griego, los cortesanos, se mueven como un grupo de hooligans, se agrupan y se difuminan en torno a la trama, en torno al ascenso y caída de una pareja de criminales sin escrpulos.
Visiones y premoniciones, paranoia y esquizofrenia. Macbeth es la historia de una pareja trastornada que empieza a matar para ascender al trono; que sigue matando porque atribuyendo al prójimo su propio desvarío, desconfía de todos; que pierde el sueño y todo contacto con la realidad; y que termina autodestruyéndose como ya sabemos. Las brujas que predicen el brillante futuro del virrey de Glamis que ha de llegar a Rey de Escocia, no saldrán a escena. Esta compañía en vez de escenógrafo tiene diseñador para crear un ritual de dos horas de duración, donde todo es turbio y oscuro, todo menos la aparición de una recepcionista graciosa y vulgar, un guiño que rompe el conjuro para recordarnos dónde estamos. La iluminación es el principal recurso, y un violín y un tambor marcan los sonidos. Ambos recursos están sabiamente llevados al mínimo.
En Macbeth se alude muchas veces al tema de la nada, el tema de no ser. En Hamlet, en Troilo y Crésida, e incluso en Lear y Macbeth, Shakespeare aborda la inacción. Es parte de su genialidad que a menudo intente llevar a escena el otro lado, la Sombra, el que debemos experimentar para ser completamente humanos. Esto atrae a Donnelan y nos atrae a todos. Esto en teatro es bien difícil y sólo está al alcance de los mejores.
MACBETH de William Shakespeare
XXVII festival de otoño en primavera Comunidad de Madrid
www.madrid.org/fo
Madrid. Naves del Español-Matadero
www.mataderomadrid.com
Del 26 de mayo al 5 de junio
País: Reino Unido
Idioma: inglés (con sobretítulos en español)
Duración aproximada: 2 horas (sin intermedio)
ESTRENO EN MADRID
Compañía: Cheek by Jowl
www.cheekbyjowl.com
Dirección DECLAN DONNELLAN
Diseño NICK ORMEROD
Dirección asociada y
dirección de movimientos JANE GIBSON
Diseño de iluminación JUDITH GREENWOOD
Composición CATHERINE JAYES
Diseño de sonido HELEN ATKINSON
Asistente de dirección OWEN HORSLEY
Intérpretes
WILL KEEN
ANASTASIA HILLE
DAVID CAVES
DAVID COLLINGS
KELLY HOTTEN
ORLANDO JAMES
RYAN KIGGELL
VINCENT ENDERBY
JAKE FAIRBROTHER
NICHOLAS GOODE
GREG KOLPAKCHI
EDMUND WISEMAN
El director tendrá un encuentro con el pblico el sábado 5 de junio por la tarde en el Matadero.