guía cultural

Brujo, juglar y evangelista, por J.C.Deus

José Catalán Deus | Viernes 17 de septiembre de 2010

Rafael lvarez El Brujo ha trabajado duramente para presentarnos una aproximación rigurosa, divertida, profunda y valiosa a un texto capital de nuestra civilización, el Evangelio de San Juan. Dirección, versión, escenografía e interpretación son suyas. Supera con sobresaliente la difícil prueba de dos horas en el escenario acompañado nicamente por cuatro msicos. Construye una pieza culta y sencilla al mismo tiempo, dramática y graciosa, donde se te saltan las lágrimas de risa y ronda el llanto por la sala. Se atreve a contarnos otra vez la historia de Jess de Nazaret. Lo hace con respeto y distancia. Creyentes, agnósticos, ateos y sobre todo indiferentes tienen una cita ineludible con el eterno misterio, que puede parecer baladí en estos tiempos romos pero que tiene las claves de la existencia.

El Brujo ha elegido el Evangelio de San Juan atraído por el misterio de la verdadera identidad del autor, y su respuesta es parte fundamental de este original espectáculo que reconstruye la historia de Jess a través de una narración misteriosa, llena de meandros inexplicables, poblada de frases deslumbrantes que conoceremos en el griego original en que fueron escritas, mientras intenta localizar al autor de la misma, -alguien que no fue ni San ni Juan-, y coloca al cristianismo primitivo en su contexto universal, la enorme tradición religiosa, esotérica y simbólica con la que los humanos intentamos explicar lo inexplicable desde el inicio de los tiempos.

Recurrirá a dos hitos de la historia de la pintura -Las bodas de Canaán de El Veronese y La Santa Cena de Leonardo da Vinci en su periplo detectivesco. Se apoyará en continuas ilustraciones musicales para llevarnos al desierto y sobre todo de fiesta en fiesta, tal como fue el periplo de Jess en sus ltimos tiempos. Usará un cayado y leerá papiros y pergaminos en busca del camino. Bromeará continuamente con tino y acierto. Salpicará con ocurrencias divertidas y con frases deslumbrantes la bsqueda. Ilustrará con un símbolo milenario las conexiones esotéricas que sustentan nuestra visión del mundo. Llenará en todo momento el escenario mitigando su total protagonismo con apropiados recursos de gran actor. Voz, dicción, modales, gestos y movimientos serán siempre apropiados, prefiriendo lo poco a lo mucho, lo suave a lo brusco, lo discreto a lo ampuloso, llave maestra en escena. Y en fin, nos guiará por un viaje inesperado al que llegamos con enorme desconfianza y acabamos con bendita alegría.

Y también notablemente cansados. La propuesta de Rafael lvarez se le escapa de las manos en excesiva duración y en esa tentación del Maligno que nos incita a dar respuesta y buscar solución a lo que ni tiene ni está al alcance de nuestras débiles fuerzas. Ambos problemas van unidos, pues es en el final del espectáculo donde los minutos se alargan en agotadoras disquisiciones para llegar a una solución que se pretende definitiva a los dilemas que plantea la pieza: quién fue Jess, quién fue San Juan, cuál fue el mensaje del primero que quiso transmitirnos el segundo.

Tiene fácil arreglo. Sin intermedio y con veinte minutos menos (recuperables de aquí y de allá, del episodio del ciego desde luego), dejando más abierta la conclusión, la pieza es redonda, de las que pueden y deben pasar a la pequeña historia teatral de nuestras tierras.

lvarez inscribe este trabajo en el ámbito propio de la juglaría, con el humor, la vitalidad y el ritmo propios de la comedia, pero al mismo tiempo con una fuerte carga poética, por el lenguaje propio del texto, y la ternura y simbolismo de alguna de sus situaciones. Señala su acertada combinación de frescura y espontaneidad a través de la risa y la sensualidad, con cierto aire de exaltación mística, de relato sencillo y ceremonia mágica.

Cierra una trilogía que completa a las anteriores San Francisco, juglar de Dios y El ingenioso caballero de la palabra, basados en antiguas técnicas de transmisión y narración oral, en los que el humor es nota dominante y los temas están grabados en la memoria y la imaginación colectiva.

Y como corresponde, el autor reconoce la influencia teórica y práctica del premio Nobel Dario Fo. Nos parece que está a punto de superarlo si no lo ha hecho ya. Rafael lvarez lleva 40 años en el teatro y desde 1995 tiene su propia productora, Producciones El Brujo SL. En 2002 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Objetaría a El Brujo que en su apertura mental se olvide de considerar al mismo nivel que las demás la opción de la Iglesia Católica Y si tuviera razón, y su versión de lo ocurrido fuera la cierta? Le objetaría también que no nos diga de dónde ha sacado el símbolo de los dos triángulos dentro del círculo que tanto le motiva. Le objetaría que se haya convertido a la New Age sin darse cuenta. Pero todo esto sin acritud, como decía aquel.

Esta pieza es por muchos motivos una celebración de la Palabra, del Verbo, de la virtud humana de poner nombre a las cosas, de narrar los acontecimientos, de fijar el pensamiento. Es tanto y más necesaria cuando atravesamos tiempos en que se niega su centralidad y se amenaza su poder milagroso. Es también un homenaje al Misterio, oculto hoy más que nunca bajo la inmensa banalidad y prepotencia humanas. Palabra y Misterio. Este brujo, -un juglar completando a un evangelista-, ha acertado.

El Evangelio de San Juan
Dirección, versión, escenografía e interpretación
Rafael lvarez El Brujo

Msica original y dirección musical Javier Alejano
Iluminación Miguel ngel Camacho
Vestuario Gergonia E. Moustellier
Ayudante de dirección Oskar Adiego

Msicos
Viola Javier Alejano
Voz Juan de Pura
Saxo Kevin Robb
Percusión Daniel Suárez Sena

Coproducción
Centro Dramático Nacional | El Brujo Producciones

Funciones
16 de septiembre a 17 de octubre de 2010
De martes a sábados, a las 20.30 h.
Domingos, a las 19.30 h
Teatro María Guerrero
Tamayo y Baus, 4
28004 Madrid.

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