Para Mario Testino, la clave de su Todo o Nada reside en la posibilidad de contemplar el proceso de quitarse la ropa hasta quedar desnudo. Un strip tease. Pero de mucho nivel, casi más espiritual que físico, en el que a base de las sensacionales técnicas de maquillaje, iluminación y trucos varios que atesora la industria de la moda, se presentan mujeres que ya no son mujeres de carne y hueso, que son ideales virtuales de perfecciones imposibles, encarnaciones bellísimas y endemoniadas de lo imposible. Un escenario que los y las -sobre todo- que disfrutan de ese mundo paralelo de la moda reconocerán de inmediato.
Para Testino, vestido y desnudo representan lo que encubre y lo descubierto, la máscara y el rostro, el artificio y lo natural, la ficción y la verdad. Todo es el vestido y Nada el desnudo, o al revés.
Modelos sofisticadamente vestidas, en escenarios de buscada teatralidad, junto a las intimidades de las más famosas en primer plano. Todo por supuesto más insinuado que mostrado, con algn toque de ironía y mucho oficio. Testino, peruano de nacimiento instalado en Londres en 1976, es hoy uno de los fotógrafos más celebrados del mundo. Su obra se ha podido ver en innumerables países al publicarse en revistas como Vogue o Vanity Fair, y ha creado o participado en campañas de destacadas firmas de moda, desde Burberry y Gucci hasta Dolce & Gabbana y Versace. Como retratista ha trabajado para diversas casas reales, y ha fotografiado a los príncipes William y Harry, a S. M. Rania al Abdullah de Jordania, y a la inolvidable Diana de Gales. Y exponerlo en el museo no es una ocurrencia local: en 2002 la National Portrait Gallery presentó en Londres su muestra Portraits, que ha sido la más visitada de este museo en toda su historia y que después pudo verse en Milán, Amsterdam, Edimburgo, Tokio y demás. Pero la National no es el Tyssen.
Está contento y con razón: Exponer en un museo como el Thyssen-Bornemisza, con su extraordinaria colección, es un privilegio para cualquier artista actual, pero en mi caso además muchos de los artistas y obras que forman parte de ella me han servido de inspiración y han influido en mi trabajo. El Museo es extraordinario por las piezas que alberga y también por su espacio, que potencia la obra de cualquier creador. Y completando sus obligaciones protocolarias añade sobre la marca que representa que es el símbolo de la elegancia y la femineidad a la francesa.
Es un colaborador habitual de causas y organizaciones humanitarias. La clínica peruana El Salvador, en Pueblo Nuevo, provincia de Chincha, se financió enteramente con la venta de una sola edición de los famosos retratos que le hizo a la fallecida Diana de Gales.
Dice Guillermo Solana: El mundo de la moda y el mundo del arte se parecen en el fondo y se desean secretamente, pero viven de espaldas el uno al otro, éste es un ensayo en esa dirección, como un puente tendido entre la moda y el arte, y documenta las raíces de la fotografía de moda en la tradición de la pintura occidental. Las convenciones fundamentales de la fotografía de moda procederían del retrato cortesano tal como se configura en el Renacimiento y se desarrolla en el Barroco, con sus actitudes teatrales, su riqueza de vestuario, sus decorados grandiosos: Bronzino, Rubens, Van Dyck y también Velázquez. El rey Luis XIV, en el gran retrato que pintó de él Hyacinthe Rigaud, es la más asombrosa fashion victim de todos los tiempos. Y el retrato de la marquesa de Pompadour de Boucher habría sido sin duda la portada de Vogue en septiembre de 1756, si Vogue hubiera existido por entonces. La fotografía de moda siempre regresa a los grandes maestros de la pintura rococó. En nuestra exposición hay una foto de la modelo Stella Tennant que me recuerda a un cuadro famoso de Fragonard, El beso robado del Ermitage. Más tarde, el siglo XIX producirá las muchachas evanescentes de Whistler, las grandes damas de Renoir, las elegantes de Sargent. No es preciso recordar la fascinación por Sargent de Cecil Beaton, que le llevó a recrear, como en tableau vivant, el retrato que el pintor americano había pintado de las hermanas Wyndham. En cuanto a la famosa Madame X de Sargent, que fue la gran estrella y el gran escándalo en el Salón parisiense de 1884, ha sido imitada, emulada, parodiada, homenajeada tantas veces por los fotógrafos de moda que se ha convertido en un estereotipo.
La fotografía de moda ha tomado el relevo del retrato de sociedad desde hace un siglo. Pero es arte?
MARIO TESTINO
Todo o nada
Museo Thyssen-Bornemisza
Fechas
Del 21 de septiembre de 2010 al 9 de enero de 2011.
Lugar
Sótano primero,
Palacio de Villahermosa.
Horario
De martes de domingos, de 10.00 a 19.00h.
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