Fue la muy meditada carta de presentación de Mortier ante unos abonados desconfiados y esperanzados a partes iguales. Se supone que estamos ante una denuncia de la sociedad capitalista, como si la codicia, la ambición, la traición, la mentira y la insolidaridad no alimentaran al género humano desde que tenemos noticia. No. Ante lo que estamos es ante una provocación nihilista y bastante oportunista que basada en el caos social de la Alemania de los años veinte juega con el fin del orden establecido, con la inmoralidad convertida en ley en un mundo sin horizontes. Luego llegaría el nacionalsocialismo y establecería lo contrario. Luego se movería el péndulo de la historia y los antivalores volverían a estar de moda a partir de mediados del siglo pasado. Ahora decir a gritos desde un escenario que si necesitas dinero salgas a la calle y atraques al primer rico que pase, o que si quieres una casa te metas en la del vecino y de paso violes a su mujer, vuelve al parecer a estar de moda. Cosa más reaccionaria no se ha visto.
Mortier ha puesto con inteligencia y educación su primera producción en España en manos de oriundos, a cargo de artistas protegidos suyos desde hace tiempo. En su vertiente escénica, Alex Ollé y Carlus Padrissa (La Fura dels Baus), quienes poco menos que le deben su pasaporte internacional, y en la dirección musical Pablo Heras-Casado, con el que ocurre exactamente lo mismo, ya que su presencia europeoa fue impulsada por Mortier cuando estaba al frente de la ópera de Paris.
Y junto a la fealdad, un sexismo descarnado, lo que antes se llamaba pornográfico. Dos docenas de parejas figurantes realizan en escena prolongados y masivos coitos por delante y por detrás, misioneros y monjiles, aderezados con una tabla gimnástica de felaciones rítmicas. La protagonista ejerce de puta con un realismo no precisamente mágico, va vestida de buscona simulando llevar su sexo al aire y se mueve como una profesional del striptease hiperrrealista.
No se trata de montajes clásicos o rompedores, se trata de montajes buenos o malos. Este Mahagonny es confuso, trillado, facilón y ridículo. Dentro de todo ello, la escenografía es buena y efectista y está a cargo de un colaborador habitual de Calixto Bieito. Ollé y Padrissa se han ganado a pulso un sitio en los escenarios europeos debido a sus cualidades y méritos. Pero aquí son una caricatura de su leyenda amarilla.Tienen la tendencia de manipular las ideas ajenas para que cuadren con las que gustan defender en pblico. Pero en ópera las ideas originales son normalmente mucho más complejas y elaboradas que las del ltimo arribado.
Por su parte, el joven director de orquesta Pablo Heras-Casado tiene que dar vida a la floja partitura de Kurt Weill, a la que desesperadamente se jalea definiéndola como lenguaje expresionista con elementos de jazz, pero que no puede elevarse de la categoría de musical y no llega a la del género chico. En su tiempo sirvió para captar un pblico inquieto que quería divertirse mientras agitaba el cóctel explosivo. Ahora carece de nivel para ser considerada una ópera de repertorio por más que se empeñen los que han hecho de su resurrección una causa más idelógica que musical. Heras-Casado se habrá dicho que de alguna forma hay que volver a la patria, pero esperamos verle ante piezas más atractivas que ésta. Y no dudamos de su excelencia: en octubre debutará con la Filarmónica de Berlín.
La soprano afrocanadiense Measha Brueggergosman aporta el gancho de seducción provocativa que redondea la oferta. No abundan las sopranos que se presten a un papel como éste. Brueggergosman es una adicta a Mortier -le adoro, es una de las personas más interesantes, profundas y completas que he conocido, tengo una confianza total en sus visiones declaró estos días-, quien a cambio la convertirá en habitual durante su era en el Real, pues ya la ha contratado para tres próximas óperas. Tienes 33 años y hace dos estuvo a punto de morir a consecuencia de un aneurisma. Su nombre y apellido los ha inventado ella misma fusionándolos aquel con el de su hermana y éste con el de su ex marido. Lleva tatuadas en su antebrazo derecho cinco palabras: autocontrol, sabiduría, risa, verdad y perdón. Canta bien, tiene presencia en el escenario, dotes de interpretación y carece de prejuicios.
Esta pieza de cabaret musical vitaminado exige versatilidad vocal y teatral. Brueggergosman es acompañada por el tenor alemán Michael Knig en el primer reparto, debutando ambos en sus respectivos papeles. Están correctamente secundados por Willard White, Jane Henschel, Donald Kaasch, John Easterlin, Otto Katzameier y Steven Humes. Los papeles masculinos están a cargo de cantantes wagnerianos en un intento desesperado de elevar el nivel de una partitura que no lo tiene. El nuevo Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo) formado y dirigido por Andrés Máspero, acta por primera vez en su escenario. Nos pareció bien y no vimos grandes diferencias respecto al anterior.
El nuevo director del Teatro Real no debía haber elegido esta pieza para presentarse. Las operaciones de imagen muy calculadas pueden convertirse en pifias. Mahagonny apenas es más que un musical rancio con msica corriente y texto apolillado, actualizado con un montaje discutible que busca el efectismo a costa de la claridad, hueco como su supuesta denuncia contra el capitalismo. Todo más reaccionario que ese Puccini al que Mortier gusta pintar de apolillado. La presentación de Mortier nos dejó descontentos. Y no somos los nicos. En principio estaba previsto que fuera una coproducción con la Ópera de Viena, pero ésta se retiró del proyecto al conocer los detalles.
RISE AND FALL OF THE CITY OF MAHAGONNY
(Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny)
Kurt Weill (1900-1950)
Libreto de Bertold Brecht
traducido al inglés por Michael Feingold
Estrenada en el Neues Theater de Leipzig el 9 de marzo de 1930
Nueva producción del Teatro Real
Estreno en el Teatro Real
EQUIPO ARTÍSTICO
Director musical, Pablo Heras-Casado
Directores de escena, Alex Ollé, Carlus Padrissa (La Fura dels Baus)
Escenógrafo, Alfons Flores
Figurinista, Lluc Castells
Iluminador, Urs Schnebaum
Director del coro, Andrés Máspero
REPARTO
Leocadia Begbick, Jane Henschel
Fatty the Bookkeeper, Donald Kaasch
Trinity Moses, Willard White
Jenny Smith, Measha Brueggergosman (30 spt. y 2, 5, 8, 11, 14 y 17 oct.)y Elzbieta Szmytka (3, 6, 9, 12, 16 oct.)
Jim MacIntyre Michael Knig (30 spt. Y 2, 5, 8, 11, 14 y 17 oct.)
Christopher Ventris (3, 6, 9, 12, 16 oct.)
Jack OBrien/Toby Higgins, John Easterlin
Bank-Account Bill, Otto Katzameier
Alaska-Wolf Joe, Steven Humes
Seis Chicas de Mahagonny, Rossella Cerioni, Esther González, Pilar Moráguez,Carolina Muñoz, Iria Rajal, Miriam Valado
Coro Titular del Teatro Real
(Coro Intermezzo)
Orquesta Titular del Teatro Real
(Orquesta Sinfónica de Madrid)
DURACIÓN APROXIMADA
Acto I y II: 1 hora y 40 min.
Pausa de 25 min.
Acto III: 40 min.
FECHAS
Septiembre: 30
Octubre: 2, 3, 5, 6, 8, 9, 11, 12, 14, 16, 17
20.00 horas
Domingos, 18.00 horas
ESTRENO RETRANSMITIDO EN DIRECTO
La función del día 30 de septiembre fue retransmitida en directo a salas de cine de Alemania, Dinamarca, Eslovaquia, Holanda, Hungría, Irlanda, Repblica Checa, Letonia, Luxemburgo, Malta, México, Reino Unido y Rusia.
RADIO
La función del día 9 de octubre será retransmitida en directo
Por Radio Clásica, de Radio nacional de España,
y en diferido para Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Croacia, Dinamarca, Estados Unidos, Estonia, Holanda, Irlanda, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Repblica Checa, Serbia, Suecia y Suiza, a través de la UER, Unión Europea de Radiodifusión.