130 preciosos cromos -como en un momento de la presentación se refirió a ellos Guillermo Solana, director artístico del Museo ThyssenBornemisza- aseguran un largo y grato recorrido por el tema del jardín en la pintura desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX. Jardines impresionistas junta ya en su título las dos palabras favoritas de los visitantes españoles de museos hoy día. La muestra incluye una amplia representación de la pintura impresionista, con obras de Manet, Monet, Pissarro, Renoir, Sisley, Caillebotte o Berthe Morisot, pero también de algunos precursores del impresionismo, como Delacroix y Corot, y de grandes pintores de la generación siguiente, como Cézanne, Van Gogh, Gauguin, Klimt, Munch y Nolde, entre muchos otros nombres. Sin duda tendrá gran éxito de pblico, como tuvieron los impresionistas la pasada temporada en la Fundación Mapfre y tiene en estos momentos Renoir en el Museo del Prado.
Pero seamos honestos. Además de buscar merecida y lícitamente el éxito en ese competitivo espectáculo de masas en que se han convertido los museos, Jardines impresionistas es un despliegue de belleza y alegría tan impresionante que hasta el más curtido experto y el más resabiado crítico no pueden sino celebrarlo.
Desde mediados del siglo XIX proliferaron los jardines pblicos y privados en toda Europa. La introducción y el cruce de cientos de plantas y especies de flores nuevas procedentes de Asia, frica y América, así como la inauguración y apertura al pblico de los primeros parques reales, estimularon un gran movimiento hortícola. La jardinería se convirtió en uno de los pasatiempos predilectos, y entre los pintores impresionistas, algunos como Monet y Caillebotte compartieron esta afición, intercambiándose consejos y experiencias, y creando sus propios jardines de artista.Con su gusto por el color, el trabajo al aire libre y los efectos de la luz, los impresionistas y sus seguidores tomaron flores, parques y jardines como motivo artístico y fuente frecuente de inspiración. Después, las grandes guerras anegaron los jardines; el mundo cambió y el acelerador de partículas sociales en que nos han metido no dejó de dar vueltas cada vez más rápidas hasta no poder ver ya jardines, ni huertos, ni siquiera alguna florecilla. Nostalgia? Melancolía?
Comienza en las salas del Thyssen con una sección dedicada a los precursores. La pintura de flores del romanticismo (representada por Delacroix) se yuxtapone aquí a los floreros de Bazille o Renoir. Frente a estos jardines de interior, los pintores de la escuela de Barbizon se abrieron al aire libre y exploraron el jardín como paisaje. Artistas como Millet, Corot y Daubigny serían precedentes inmediatos de la pintura impresionista francesa.
La segunda polaridad se establece entre los grandes espacios verdes de carácter pblico (como el Parc Monceau, el Bois de Boulogne o el Trocadero) y los pequeños jardines privados, frecuentemente vinculados a la casa del artista. Monet y Pissarro, Morisot y Sargent nos revelan los parques de París y otras ciudades como escenarios de una intensa vida social donde cohabitan y disfrutan las diversas clases. En el jardín privado, por otra parte, los mismos pintores plasman el ámbito de la intimidad y lo personal: la conversación, la lectura, el juego o el reposo.
En la Fundación Caja Madrid, el recorrido contina, en la gran sala central, con la evolución del tema del jardín en la obra tardía de los impresionistas franceses (con lienzos de Monet, Pissarro o Caillebotte) y en la nueva generación de pintores postimpresionistas (como Van Gogh, Klimt, Vuillard, Bonnard o Toulouse-Lautrec).
En el espacio de la planta superior, la atención se desplaza hacia la pintura naturalista europea y americana del cambio de siglo. Todo un elenco de artistas alemanes, escandinavos, británicos o estadounidenses se dejaron influir por la bsqueda de la luz y el aire libre, características del impresionismo. Una tendencia paralela se observa en la pintura española de la época, representada por nombres como Sorolla, Regoyos, Pla, Meifrèn o Anglada-Camarasa, reunidos aquí en un espacio aparte.
La ltima sala presenta la metamorfosis del jardín en la transición del postimpresionismo a las primeras vanguardias del si glo XX, como el fauvismo, el cubismo y el expresionismo alemán, con obras de Cézanne, Munch, Nolde, Dufy, Braque, Malévich y Ernst.
durante el siglo XIX, un descomunal calendario gigante de imposible posesión humana, una colección de cromos propia de los dioses de algn galáctico olimpo.
Escribiríamos largo y tendido de la docena de obras que nos han dejado especialmente touchés pero no queremos predisponer a nadie. Busquen su docena personal e intransferible en este largo invierno.
JARDINES IMPRESIONISTAS
Del 16 de noviembre de 2010 al 13 de febrero de 2011
Museo ThyssenBornemiza de Madrid, Fundación Caja Madrid y National
Gallery de Edimburgo.
Sedes: Museo ThyssenBornemisza y Fundación Caja Madrid
Comisarios: Michael Clarke, director de la National Gallery de Escocia; Guillermo Solana,
director del Museo ThyssenBornemisza, y Clare Willsdon, profesora de Historia del Arte de la
Universidad de Glasgow.
Más información:
www.museothyssen.org
www.fundacioncajamadrid.org