Pinter estaba al final de su vida profesional y aplicó su experiencia a un texto sobrio, a unos diálogos certeros muy lejanos de las metralletas ocurrentes de los guionistas de Hollywood. Es una obra de esas en las que no pasa nada, es decir, en las que pasan cosas profundas que tienen poco que ver con la acción por la acción y bastante con esos silencios elocuentes, esas frases afiladas, esa maldad tan gratuita y tan hipócrita que los supuestos civilizados aplican en sociedad.
Además, en la mesa cercana cena otra pareja rota, de insulsas aventuras extramatrimoniales y un abismo de incomprensiones, que terminará confluyendo en la mesa de los otros comensales en una traca final entre las tres parejas. No hay opiniones, conclusiones, tesis y desenlace. Es como si efectivamente estuvieras en un restaurante con un micrófono direccional escuchando y contemplando a tan problemáticos comensales.
El director de esta versión, opina que es una obra actual que refleja el funcionamiento de la sociedad de hoy. La obra se estrenó efectivamente en 1999, pero no habla de la sociedad, habla de las personas que la formamos, lo cual es muy diferente y mucho mejor a la hora de comprender los problemas del mundo, después de un siglo de desastrosas recetas que iban a arreglar las cosas y casi las estropean para siempre. Pinter, un señor muy politizado, se cuida muy mucho de dar recetas. Celebración es simplemente eso, la celebración de su aniversario de boda por una pareja en la cuarentena, una cena en restaurante de postín. Una cena que se atraganta, que te hiela la sonrisa y te quita la máscara.
Harold Pinter (1930-2008) es autor de 29 obras de teatro, entre ellas The Birthday Party, The Caretaker, The Homecoming y Betrayal, y 21 guiones de cine, entre ellos The Servant, The Go-Between y The French Lieutenants Woman. En 1985 Pinter viajó a Turquía con el escritor estadounidense Arthur Miller y conoció a muchas víctimas de la represión política. En la función en honor a Miller en la embajada estadounidense, en lugar de intercambiar cortesías, Pinter enumeró una lista de detenidos políticos que habían recibido descargas eléctricas en sus genitales, declaraciones que hicieron que lo echaran. (Miller, en apoyo, abandonó la embajada con él). Junto a otras personalidades judías acordó no aceptar la ciudadanía israelí ni celebrar el 60 aniversario de este Estado como protesta por su comportamiento con el pueblo palestino. En 1999, criticó airadamente los bombardeos de Kosovo por la OTAN, una justa posición que contados intelectuales mantuvieron. También se opuso a las invasiones de Afganistán en 2001 y de Iraq en 2003. En 2005, anunció que se retiraba del teatro para dedicarse a la acción política. En sus obras se descubre el precipicio bajo la irrelevancia cotidiana y las fuerzas que entran en confrontación en las habitaciones cerradas, se dijo de su teatro. Murió de cáncer a los 78 años, en diciembre de 2008. Apoyaba al movimiento de izquierdas Respect.
Cuando recibió el Nobel se autocitó diciendo: No hay distinciones concretas entre realidad y ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente verdadera o falsa; puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa A veces, sientes que tienes durante un instante la verdad en la mano para que, a continuación, se te escabulla entre los dedos y se pierda. Pero la bsqueda de la verdad no se puede detener nunca. No puede aplazarse, no puede retrasarse Hay que evitar los sermones a toda costa. Lo esencial es la objetividad. Hay que dejar a los personajes que respiren por su cuenta. El autor no ha de confinarlos ni restringirlos para que satisfagan sus propios gustos, disposiciones o prejuicios. Pinter supo mantener su teatro al margen de sus ideas políticas, abordando ambas dimensiones -personal y social- de forma dialéctica, pues la obra de arte preconcebida suele fallar estrepitosamente.
Celebración
de Harold Pinter
Traducción, Ana Riera
Dirección, Carlos Fernández de Castro
Producción, Centro Dramático Nacional
26 de noviembre a 2 de enero de 2010
Teatro Valle-Inclán | Sala Francisco Nieva
Escenografía Carles Cugat
Vestuario Pepe Corzo
Iluminación Juan Gómez Cornejo
Videoescena lvaro Luna
Composición y arreglos musicales Cristina Presmanes
Reparto (por orden alfabético)
Julia: Lola Baldrich
Susi: María Casal
Ramón: Jess Cisneros
Mateo: Gabriel Garbisu
Camarero 2: Rodrigo Mendiola
Alberto: Sergio Otegui
Camarero 1: Miguel Rellán
Ricardo: Javier Román
Cuca: María José del Valle
Sonia: Usun Yoon
Msicos en escena:Cantante Joselo Esbrí; Pianista Cristina Presmanes