Pintura, fotografía, escultura y arquitectura están representadas en las casi 300 piezasalgunas de ellas nunca vistas fuera de sus países de origen de más de 60 artistas procedentes de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Uruguay, Venezuela y México. La muestra abarca un arco temporal definido por dos viajes de retorno de Europa a América: 1934, cuando Joaquín TorresGarcía regresa a Montevideo, y 1973, año de la vuelta del venezolano Jess Rafael Soto para la inauguración de su museo en su ciudad natal, Ciudad Bolívar. Son los dos nombres más relevantes de la muestra.
Segn el comisario Osbel Suárez, la modernidad en América Latina no debe entenderse de manera uniforme, sino más bien como un proceso dispar e inestable, con periodos de contracción y de expansión que no permitirían describirla de manera unívoca. De hecho, podría hablarse no de una sino de varias modernidades, con un desfase temporal y una asincronía tan relevantes que casi llegan a ser, también, una seña de nuestra identidad moderna. Esta modernidad heterogénea, contradictoria y eminentemente urbana, tiene, en las primeras décadas del pasado siglo XX y en algunas ciudades como Buenos Aires, La Habana o São Paulo, una intensa producción cultural que busca y se afianza en lo autóctono para encontrar lo universal. Por aquel entonces, la mirada hacia Europa era obligatoria. París y no otra era la ciudad a la que había que llegar, la que acogía y la que irradiaba un diálogo cultural que tuvo repercusiones muy superiores a las que pudo ofrecer cualquier otra ciudad europea. Intelectuales sudamericanos en la rive gauche. Pintores, novelistas, poetas, desencajados de sus contextos, cursando la engañosa asignatura del cosmopolitismo que fue presagio de la globalización estética.
El viaje por esta américa fría que nos proponen conocer, comienza en Uruguay, el país de Joaquín TorresGarcía, con su vigorosa apuesta por un arte de esencia constructiva. Contina con la atrevida ruptura del marcoventana y la enérgica afirmación de la discontinuidad de la pintura con el mundo natural por parte de artistas como Rhod Rothfuss y Carmelo Arden Quin y se expande en las peculiares prosecuciones del constructivismo y la abstracción geométrica por parte de los argentinos de Madí, el perceptismo y el invencionismo.
En Venezuela, Alejandro Otero, JessRafael Soto y Carlos CruzDiez se decantan por lo abstracto iniciada ya la década de los cincuenta y en París; mientras, en Cuba, la abstracción geométrica, menos conocida an si cabe que las corrientes abstractas del resto de los países y pronto afectada por el triunfo de la revolución castrista, se desarrolla sobre todo en torno a su figura de mayor estatura internacional, Sandu Darie, y de dos mujeres: Loló Soldevilla y Carmen Herrera.
Una propuesta original y a contracorriente de los aires muy figurativos y fáciles que reinan esta temporada museística madrileña.
Calificación de la Exposición (del 1 al 10)
Selección: 8
Despliegue: 8
Comisariado: 7
Interés: 6
Atractivo: 6
Todo lo que hay que sabger sobre la exposición
http://www.march.es/arte/madrid/exposiciones/america/index.asp
América fría
La abstracción geométrica en Latinoamérica (1934-1973)
Comisario invitado, Osbel Suárez
Fundación Juan March
Castelló, 77. Madrid
11 de febrero 15 de mayo de 2011