Este hombre fue un portento. Pasó por el siglo XX como quien se da un paseo por El Retiro, a pesar de ser ruso y judío, a pesar de haber sido filocomunista un tiempo. Encontró padrinos desde el primer momento, tuvo una retrospectiva a los 27 años, su estilo gustó desde el comienzo y nadie le pidió nunca que lo cambiara. Todo lo contrario. Así que permaneció 70-80 años pintando lo mismo, sin tener que devanarse los sesos buscando una nueva percha entre los incontables ismos.
Sin duda que ello es de admirar y así lo hacemos. Chagall convirtió su universo infantil, una simple localidad rural de la rusia profunda, en un cuento de hadas en el que los habitantes vuelan, cabalgan gallos gigantes y se trasmutan en animales de granja. Pintando este sueño se hizo adulto. Y no necesitó más que seguir fiel al mismo para tener todas las respuestas que buscaba.
Esta primera retrospectiva en España cuenta con 150 obras para reflejar la trayectoria de uno de los artistas más destacados del siglo XX; un creador singular, con un estilo inconfundible. El recorrido sigue un orden cronológico: la primera parte, El camino de la poesía, transcurre por las salas de Museo Thyssen-Bornemisza desde los inicios de su obra en Rusia y sus primeros años en París hasta su exilio forzoso en Estados Unidos, incluyendo su experiencia en la Rusa Revolucionaria y su regreso a Francia en 1920. En la segunda, El gran juego del color, en las salas de Caja Madrid, la atención se enfoca en su evolución artística posterior a 1950, con los grandes asuntos que centraron el interés del artista en las ltimas décadas, como la Biblia o el Circo, su relación con los poetas contemporáneos y su producción escultórica y cerámica.
El poeta con alas de pintor, sería apodado. El msico de la paleta, el compositor de cielos sinfónicos, el intérprete de su propia melodía inacabable. Marc Chagall desarrolló un estilo pictórico expresivo y colorista, muy vinculado a sus experiencias vitales y a las tradiciones religiosas y populares de la comunidad judía rusa. En él combinó ciertos elementos de la vanguardia cubista, del fauvismo y del orfismo de Robert Delaunay, para crear un estilo muy personal y difícil de clasificar, surrealismo trascendente.
Desde su patria natal Rusia (Vitebsk, 1887) a su patria de acogida, Francia (Saint-Paul de Vence, 1985) fue expresionista, surrealista, fauvista, algo cubista y nada impresionista, pero sobre todo fue él mismo, lo más admirable de todo lo que puede hacer un ser humano, sea artista o empleado.
Chagall se mantuvo siempre dentro de la figuración onírica. La habitación amarilla, El violinista, Dedicado a mi prometida, La boda, son algunos ejemplos convincentes de su trabajo en París en el arranque de la exposición. A la vuelta a su localidad natal, llegaron lo que él denominaba documentos sobre sus gentes y sus paisajes: Bella sobre el puente, El tratante de ganado, La novia de las dos caras, El violinista. Ya irrumpen aquí y allá las masas portando banderas rojas. En 1927 Chagall firma un contrato con el marchante Georges Bernheim que marcaría el inicio del imparable éxito del pintor. El encargo de Ambroise Vollard de ilustrar ediciones de lujo de Las almas muertas de Gógol y de las Fábulas de La Fontaine será decisivo. A lo largo de esos años realiza también una destacable serie de gouaches de los que se rene en la exposición una completa selección de más de cuarenta obras, entre ellas, La gata transformada en mujer, El zorro y las uvas, Las dos palomas, El gallo.
Después llegará la ilustración de la Biblia: Creo que algo me habría faltado si, aparte del color, no me hubiera ocupado también, en unos momentos de mi vida, del grabado y la litografía, dirá. Ciertamente, sus grabados en blanco y negro están a la altura de sus cuadros coloristas. En la primavera de 1950, se instala en la Provenza con su segunda esposa, y el sur de Francia sustituye a su Vitebsk natal como contexto en las obras de las ltimas décadas: El circo azul, La danza, Los tejados rojos, Mundo rojo y negro, La guerra, Los amantes en el poste.
Para terminar sólo vamos a señalar dos cuadros especiales, que reciben poca atención de los expertos: La Guerra, una reflexión equiparable al Gernica de Picasso, de 1964, y su Don Quijote, de 1974, flanqueado de banderas rojas, de violines y de flores. Un escenario para nuestros sueños.
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 8
CHAGALL
Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid
Hasta el 20 de mayo
Comisario: Jean-Louis Prat, presidente del Comité Chagall
Directora del proyecto: Paloma Alarcó, jefa de conservación
Coordinadora: Clara Marcellán, rea de Pintura Moderna
Nmero de obras: alrededor de 150
Catálogo: edición en español y en inglés
Curso monográfico Chagall, del 15 de febrero al 11 de abril de 2012
MS INFORMACIÓN:
Museo Thyssen-Bornemisza
Fundación Caja Madrid